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Brotes verdes

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Alberto Casas
Depay celebra su gol en el Holanda-Alemania y Biraghi el suyo en el Polonia-Italia.
Depay celebra su gol en el Holanda-Alemania y Biraghi el suyo en el Polonia-Italia.

No han sido buenos años para Holanda e Italia. No cabe duda. Futbolísticamente, ambos han dado varios pasos hacia atrás  en su estatus e incluso en su historia. Perdiendo potencial y prestigio a partes iguales. Pero como en casi todos los casos de clubes o  selecciones que han sufrido este retroceso, llega un momento de levantarse, de reconstruirse y de resurgir para seguir compitiendo entre los mejores.

Empecemos con la ‘Oranje’. Ausente en un gran torneo desde 2014, cuando consiguió un meritorio tercer puesto, la selección holandesa por fin ha encontrado una generación interesante de futbolistas que se han adaptado a una idea: la de recuperar la esencia de fútbol de control, de calidad y vertical.

Parece que Koeman ha dado con la tecla ofreciendo la alternativa a chicos jóvenes como Frenkie de Jong, De Ligt (que forma una muy buena pareja de centrales con Van Dijk), Bergwijn, Promes, Van de Beek… que han encajado perfectamente con jugadores con más experiencia como Babel, Depay o Wijnaldum. Todos ellos brillaron en la contundente victoria ante Alemania. Un triunfo de prestigio muy necesario para que este grupo siga ganando en confianza.

Algo parecido está ocurriendo con Italia. También hay motivos para pensar en un futuro mejor. Mancini anda buscando todavía un once reconocible, pero poco a poco parece que está consiguiéndolo. Como en Holanda, también existe una mezcla interesante de jugadores jóvenes con otros con más bagaje. Entre los primeros, Chiesa, Barella y Bernardeschi destacan sobremanera en un equipo con nombres más importantes como Chiellini, Bonucci, Verratti o Insigne.

Especial mención merece la aparición de Jorginho. El mediocentro del Chelsea se ha convertido en el timón italiano y ha dado al bloque un salto de calidad muy significativo. Y lo mejor, habla el mismo idioma que Verratti.

El merecido triunfo ante Polonia dejó grandes sensaciones. Juego fluido, muchas llegadas, control y nivel defensivo. Pero también falta de gol. Mancini, de momento, no ve a Immobile como el ‘9’ referencia y sigue buscando alternativas.

Faltan cosas, pero en Holanda e Italia pueden ser positivos. Hay brotes verdes.

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