El jefe de la defensa

Anquela ha encontrado en el nuevo esquema un dibujo que maximiza las virtudes de muchos de sus futbolistas. Uno de los que mejores sensaciones está dejando en los últimos partidos y que crece como hombre importante del equipo y de la categoría es Juan Forlín, pieza central de la defensa de tres, que está cuajando grandes actuaciones.

Forlín llega a Oviedo en los últimos días de mercado veraniego después de haber estado en el fútbol mexicano. Pasa un tiempo de adaptación y debuta en Copa ante el Numancia disputando unos minutos, pero en competición liguera no entra hasta el partido del Zaragoza, ya en octubre.
Desde entonces, va acumulando minutos, pero casi siempre en la posición de pivote, puesto para el que se cuenta principalmente con él. Pero ante el Lugo su rol comienza a cambiar. Ese día Anquela decide abordar el cambio de sistema como solución de emergencia y funciona. Igual que funciona en Tarragona la semana siguiente, aunque Forlín se tuvo que retirar por un golpe en la cabeza. Ante el Numancia y ante el Lorca, nuevamente el dibujo de tres centrales y en todos estos encuentros se da un denominador común. El jugador que dirige la zaga es Forlín.
El argentino es el elegido por Anquela para ocupar la posición central en la defensa de tres centrales, escoltado a los lados por Carlos Hernández y Christian y más escoltado todavía hacia los laterales con Mossa y Diegui Johannesson en una posición que parece venirle como anillo al dedo al ex de Boca. Contundente pero preciso al corte, con mando para ordenar la defensa y jerarquía para mandar en la categoría, el Oviedo ha encontrado en Juan Forlín a su jefe ideal de la defensa.