Canella preparó al vestuario
Antes de medirse al Reus el pasado fin de semana el entorno del Sporting de Gijón se encontraba revuelto. La mala imagen de los últimos encuentros había hecho perder la paciencia a los aficionados. En el vestuario eran conscientes de la reacción que se podían encontrar. Roberto Canella, capitán y veterano con 300 batallas a sus espaldas, se había encargado de avisar a sus compañeros.
Conocimiento del club y su entorno al de Laviana no le falta, galones para tratar de marcar el camino correcto tampoco. Roberto Canella luce el brazalete sobre el terreno de juego, pero sus atribuciones como capitán también se notan lejos del verde.
El recibimiento brindado por El Molinón al equipo, entre silbidos de reprobación, no pilló por sorpresa a los jugadores. Canella, consciente del momento que atraviesa el equipo y de la alta exigencia de sus seguidores, preparó al vestuario de cara a lo que podía ocurrir. Así lo reconocía André Sousa en su comparecencia ante los medios.
El centrocampista portugués, cuestionado por la cara menos amable del templo rojiblanco apuntaba que, "ya sabía lo que podía pasar, hablé con Canella y me lo había dicho para estar preparado, porque la exigencia de la afición es muy grande".
Un rol potenciado esta campaña
En las últimas fechas el lateral rojiblanco ya reconocía que su rol en el equipo se había potenciado. "Puede ser que sea la temporada que más ejerza de capitán, antes estaban Lora o Sergio, pero ahora es lo que me toca, los galones que tengo que llevar y bienvenido sea", señalaba Canella.
Una responsabilidad compartida con el resto de capitanes del equipo, Carlos Carmona, Diego Mariño y Pablo Pérez, pero que se ve potenciada cuando la situación deportiva se complica. Conocedor como nadie del club y su entorno, el canterano ejerce sin como uno de los líderes del vestuario.
