Peligro de nido vacío

El descenso del Sporting ha precipitado el cambio de ciclo que por voluntad propia impulsaron Abelardo y Nico Rodríguez el verano pasado. Ahora, en cambio, varios jugadores piensan que su futuro está lejos de Gijón, después de una temporada complicada tanto en lo individual como en lo colectivo. El vestuario rojiblanco corre el riesgo de perder aún más su identidad.

Nacho Cases, Lora o Cuéllar son tres de los jugadores que tienen pie y medio fuera de Gijón. Los dos primeros han perdido la ilusión como consecuencia de un curso decepcionante para ellos. El propio Cases, el canterano con más años de manera ininterrumpida en la disciplina rojiblanca, lo dejó entrever al término del último partido de LaLiga Santander. "Ha sido mi temporada más dura. No lo sé, de eso ya hablaremos más adelante", dijo Cases acerca de su futuro. En ese sentido, la entidad asturiana ya sabe que el mediocentro desea jugar en el extranjero.
En la misma línea, aunque sin declaraciones públicas del implicado, se encuentra Lora. El mostoleño se ha pasado esta campaña prácticamente en blanco, sin poder evitar la pérdida de protagonismo que empezó a ser evidente la primera temporada con Abelardo en Primera. Lora tampoco descarta, ni mucho menos, abandonar Mareo.
Asimismo, el caso de Cuéllar está muy claro. El meta sí ha tenido un rol importante, ha rendido a un buen nivel, lo que a su vez ha llamado la atención de varios equipos de Primera división como el Éibar y Levante, entre otros. No se trata de un canterano, pero sí de una de las más claras referencias del vestuario. Cuéllar entiende que ha cumplido un ciclo tras un curso tenso en lo deportivo y en lo mediático.
Junto a Lora, Cases y Cuéllar, parece aún más posible la marcha de Jorge Meré. El central sabe que será importante su participación en el Europeo, sobre todo para que las ofertas por su traspaso convenzan en las oficinas de Mareo. El club asegura que, esta vez, no tiene la necesidad de vender, aunque sabe que no podrá frenar el crecimiento de su jugador más prometedor. Siempre y cuando, eso sí, las propuestas que reciba sean razonables para la evolución de un jugador de 20 años que ya acumula más de 50 partidos en la élite del fútbol español.
En este escenario, preocupante por la pérdida de la esencia que ha definido la larga trayectoria del Sporting, irrumpe la figura del nuevo director deportivo. El elegido y el probable cambio de entrenador podrían motivar un cambio de planes. Eso dependerá, primero, de las preferencias y, segundo, del poder de persuasión de los dos ejes que liderarán la construcción del próximo proyecto. Un equipo que corre el riesgo del síndrome del nido vacío con sólo Castro, Canella y Sergio como referencias de Mareo, además de los cedidos que se reincorporarán en pretemporada.