Le exigen como a ninguno

El Molinón ha elevado el listón de exigencia esta temporada. Los objetivos ambiciosos puestos a inicios del curso se están traduciendo en el desencanto que muestra la afición del Real Sporting de Gijón. Lo hace como consecuencia del juego del equipo y, además, lo muestra con su actitud ante determinados jugadores.

 
En ese sentido, Pablo Pérez fue objeto de parte de las críticas de la grada en los escasos nueve minutos que jugó ante el Valladolid. El público le recriminó su primera imprecisión, probablemente fruto de su evidente inactividad. Hasta la jornada pasada, el único gijonés de la plantilla llevaba un mes sin disputar un solo minuto. Pese a ello, El Molinón le exigió como a ninguno, lo que puede impulsar su salida en el mercado de invierno. Eso, y la casi nula confianza del técnico en su fútbol. Tan solo ha acumulado 127 minutos en las 14 jornadas de liga disputadas.
En la misma línea, la afición rojiblanca volvió a censurar el juego de su equipo. Sobre todo por el conformismo de los de Herrera, cediendo sin ofrecer oposición el control del balón a su rival. La grada comenzó a proyectar su desesperación con el marcador a favor y la multiplicó tras el empate de los pucelanos. Ante el Valladolid, el municipal gijonés registró la peor entrada en lo que va de campaña.