Font, Ingla y Soriano, amigos de un viejo clúster, ahora a por el fútbol

Àlex Santos.Barcelona, 11 jun .- Ferran Soriano, Marc Ingla y Víctor Font, viejos amigos y socios del Cluster Counsulting, una consultora de telecomunicaciones, han pasado de ser unos verdaderos desconocidos en el mundo del fútbol a aplicar su conocimiento empresarial en el deporte más famoso del mundo.
Ferran Sorieno, exvicepresidente y director general del FC Barcelona, es ahora el máximo responsable del City Football Group, en el que además del Manchester City que juega en la Premier también reúne a las franquicias o equipos satélites del New York City (Estados Unidos), Melbourne City (Australia), Yokohama Marinos (Japón), Atlético Torque (Uruguay) y en España, el Girona.
Por su parte, Mac Ingla, tras la experiencia como directivo responsable primero del márketing y después del fútbol del Barça, encabezó en el 2010 una candidatura para presidir el Barcelona, sin éxito (ganó por mayoría absoluta Sandro Rosell). Ahora, es el director general del Lille francés.
La tercera pieza del puzzle que arranca del viejo clúster tecnológico es Víctor Font, quien hoy ha anunciado por segunda vez que quiera liderar una candidatura para asaltar la presidencia del FC Barcelona.
Primero lo intentó en el 2015, pero apenas ejerció ni de precandidato, ya que a las primeras semanas de juego reunió a los medios en Granollers para informarles de que no tenía las herramientas para afrontar el reto, pero que se preparaba al para siguiente. De hecho, el paso que ha dado hoy Font lo hace tres años antes de que concluya el mandato de Josep Maria Bartomeu (2021).
Font tiene un inmenso desafío por delante, a tres años vista, si finalmente Bartomeu, que no podrá optar a la reelección, concluye su mandato. Primero, jugar contra cualquier miembro de la actual junta que quiere continuar el proyecto de Bartomeu. Segundo, afrontar en caso de victoria un aval del 15% sobre un presupuesto que se acercará, sino lo supera, a los 1.000 millones de euros. Y, tercero y casi más importante, darse a conocer, ya que es un completo desconocido en el barcelonismo.
Igual que hiciese Josep Lluís Núñez para las elecciones de 1978, o Joan Laporta cuando ingresó como presidente en el 2003, así como el recorrido de Sandro Rosell para la presidencia del 2010, Font opta por una estrategia similar: aparecer con tiempo suficiente antes de las elecciones (2021) para ser una cara conocida en el barcelonismo.
En la actualidad, Font, además de tener su empresa en Dubai, donde pasa la mayoría de su tiempo, es copropietario del diario Ara, del cual se desconoce si continuará su relación. El futurible a la presidencia barcelonista es un declarado nacionalista catalán.
La primera vez que apareció Víctor Font en la órbita barcelonista fue en las elecciones del 2010. Inicialmente, el proyecto lo tenía que liderar Ferran Soriano, por entonces presidente de Spanair, pero no recibió el visto bueno de la cúpula de la empresa para posicionarse como presidente azulgrana.
Esta situación propició que Marc Ingla, amigo de Soriano, y que junto a él y un grupo de más de media docena de directivos presentasen la dimisión en el 2008, justo después de que Joan Laporta ganase 'in extremis' una moción de censura, se pusiera al mando de la nueva candidatura.
En ésta, Marc Ingla fue la cara visible, pero con Soriano a la sombra, además del también exdirectivo Alfons Godall. En una posición menos mediática, apareció Víctor Font, quien de haber ganado Marc Ingla las elecciones aquel 2010 posiblemente hubiese sido invitado a entrar en la junta directiva.
Aquel proyecto de Ingla y Soriano fue barrido en unas elecciones en las que Rosell arrasó en las urnas, algo que pareció como se eliminase cualquier resquicio con el pasado más inmediato liderado por Joan Laporta, para que pudiese reproducirse nuevamente.
De hecho, tras la dimisión de Rosell y el corto periodo de Bartomeu en la presidencia, el Barcelona regresó a las urnas en el 2015, con un efecto similar: Bartomeu barrió con una mayoría absoluta y en esta ocasión incluso sacó del escenario a un Laporta que intentó recuperar la presidencia.
En aquellos comicios del 2015, con un triplete bajo en brazo, Bartomeu se presentó ante los socios casi como indiscutible. Víctor Font apareció muy tímidamente para observar el escenario ya desde una posición más preeminente, pero sin jugar ninguna partida, ya que rápidamente se recogió, anunció que el 2015 no era el momento por falta de tiempo para preparar a su equipo y que a la siguiente volvería.
Ésta, a pesar de quedar a tres años, parece que ya queda a la vista según el criterio de Font, a quien más que el gran proyecto que pueda tener entre manos, lo primero que va a tener que trabajar es en ser visible en el barcelonismo, donde los recién llegados no han tenido nunca una buena aceptación, a no ser que hayan optado por picar piedra durante tiempo suficiente para hacerse un hueco, como en su día ya hiciesen Núñez, Laporta o Rosell.