Batacazo

Ya sabemos que el rival no era el Bayern de Múnich, pero tras desperdiciar 23 tiros en la ida la tarde iba de todo o nada. Visto cómo está el ambiente en buena parte del entorno el Athletic Club se jugaba media temporada en la cita de UEFA Europa League disputada este jueves ante el APOEL en Nicosia. Tras el escaso 3-2 de San Mamés la vuelta en el GSP Stadium exigía ver una cara sumamente competitiva en la escuadra de Ernesto Valverde. Con las dificultades añadidas de jugar fuera, lo que viene siendo ya un síndrome, y no poder contar con sus dos máximas estrellas: Aymeric Laporte y Aritz Aduriz.

Pues al final, con un guión parecido al de Bilbao, la gran ilusión de la temporada, la vía continental ha descarrilado con estrépito en un doloroso brexit a la bilbaína. El (2-0) obra de Sotiriou y Gioanniotas (penalti), más allá del pésimo arbitraje del ruso Vladislav Bezborodov, manda a los leones para casa y les impide estar mañana viernes en el bombo del sorteo de octavos. Otro año será, esta vez volvió a no servir de nada rematar más y dominar en el primer periodo. Al final hubo que tirar de prisas y agobios para caer ante un equipo muy inferior que vuelve a demostrar que lejos de Bilbao el Athletic es un drama: en Europa cuatro salidas saldadas con tres derrotas y un empate. Frustrante, muy frustrante.
La sanción de Raúl García y de Iturraspe, expulsado como Sotirious, queda para el año próximo, si es que se entra en Europa, ya que la temporada se está torciendo mucho. Fuera en Copa y en UEFA, a cuatro puntos del sexto en Liga la presumible recta final del Txingurri en San Mamés se puede hacer larga y cruenta. Algo inmerecido, pero el fútbol ya se sabe que no tiene pasado ni coge prisioneros. Toca aguantar el chaparrón y recapacitar para cargar las pilas. El pesimismo y la insatisfacción predominan en el ambiente. O se le da la vuelta o el año será para maldecir, y algunos jugadores deben pensarselo.
Dominio desperdiciado
Sin duda Xabi Etxeita, experto en el juego aéreo, supuso la gran novedad en un once que dejó la punta para Raúl García, escoltado por Williams, Muniain y Susaeta, lo que anunciaba que el balón parado, las disputas y la estrategia iban a tener mucho peso. La búsqueda de los navarros y del gol tempranero de la tranquilidad eran los objetivos prioritarios del Athletic, que se puso firme a la tarea. Rulo e Iñaki tuvieron un par de rápidas aproximaciones al marco del tulipán Waterman. De Marcos también probó fortuna, si bien la mejor parada en ese arranque fue obra de Iraizoz que tuvo que emplearse a fondo ante un zapatazo del escurridizo Efrem.El pesimismo y la insatisfacción predominan en la recta final de la era Valverde
El tono descontrolado, box to box, no le iba mal a los chipriotas, cuyo público rugía como una cueva de tigres cuando San José dejaba un pie ante Vinicius que pudo ser penalti. No lo pitó el ruso, con lo que los vizcaínos respiraron pasando a echar la pelota al 'pasto' que decía Bielsa. Se hicieron dueños y señores del juego ante un equipo claramente inferior. En el 17', Waterman salvaba con el pie un remate de Williams en una contra y seguido un intento de gol olímpico de Beñat, la maquinaria, al estilo de San Mamés, generaba ocasiones pero volvía a faltar acierto.
Tras vanos intentos resistía vivo el equipo de Thomas Christiansen llegada la media hora pese a que su defensa hacia aguas en cada acercamiento vasco. La incertidumbre del 0-0 flotaba en el ambiente, ya que por mucho que llegues y remates si marcan ellos te vas para casa. Waterman detuvo una falta indirecta de Raúl al borde del descanso cuando ya las fuerzas y el ritmo flaquearon, lo mismo que la pierna de Muniain con su tirito en el último segundo del primer periodo cerrado con un saldo de siete remates bilbaínos contra dos chipriotas pero cero goles.
El 'brexit' se consuma
Y el peligro es que con uno vale. Sotiriou, el crack local lo entendió bien, y a los 20 segundos de la reanudación ganó con un escorzo la acción a Etxeita firmando un golazo tras otra floja performance en banda de Óscar De Marcos, que pese a forzar una posible pena máxima sigue missing. Ya no había red, sólo alambre... el mismo sobre el que jugó Balenziaga cometiendo precisamente penalti, fuera más o menos que otros, sobre Gianniotas. El mismo jugador derribado, pese a que Gorka tocaba con los dedos, lo convertía en un 2-0 que olía a epitafio.
Valverde reaccionó metiendo a Villalibre por Susaeta y a Iturraspe por Etxeita, además Sotiriou fue expulsado por doble amarilla, pero ya todo eran prisas y nervios. Caían los minutos, ellos se cerraron atrás, Aduriz no estaba en la punta, entró Sabin Merino tras su operación de púbis a la heróica, pero sólo incrementaba el dolor..., pese a que ellos estaban con diez hacían más peligro que el Athletic que guiado por el corazón ya había perdido el oremus.
La pelea del Búfalo, al que le anularon mal una jugada que acabó en gol de Raúl García y la expulsión de Itu, terminaron de maltratar vía arbitral a los vizcaínos. Suele pasar en las noches más oscuras, todo se junta para mal, el de Abadiño se fue a la calle para acabar ambos con diez, si bien ellos felices, y nosotros con Iraizoz siendo tarjeteado subiendo a rematar.
Y el domingo que no estalle el Granada 
Valencia y Chipre han dejado sabores nefastos, esta última tal vez de fin de ciclo, resultados que no deben influir en la recepción del domingo al Granada que llega a San Mamés jugándose la vida a partir de las 18:30 horas, partido en el que no se podrá contar ni con Aduriz ni con Raúl García, este último sancionado, pero veremos si está listo Aymeric Laporte. Sea como fuere en casa sólo vale ganar, Europa está ya a cuatro puntos. Hay que ponerse en pie ya.
@asismartin

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— APOEL FC (@apoelfcofficial) 23 de febrero de 2017