Berenguer conquistó San Mamés como carrilero

Ni el campo de San Mamés, al que ensalzó al final del derbi, ni la presión de sentirse observado por ser objetivo del Athletic Club, quien intentó su fichaje el pasado mes de agosto, ni que un club inglés y otro alemán le espíen, ni que juegue en una demarcación nueva para él como lateral en un esquema de 5-3-2, le arrugó. Álex Berenguer fue uno de los mejores de su equipo ante el equipo de Valverde, ganando incluso en algunas carreras a gente de la velocidad de Williams y De Marcos. Pasó la prueba del algodón de la parroquia rojiblanca.

No cabe duda de que Berenguer, que arrancó el curso lesionado, se está graduando en Primera División. Martín Monreal ya lo avisó antes del derbi: “Estará más cotizado al final de temporada”. No anda desencaminado el peculiar técnico rojillo, que siempre a catalogado a Berenguer como un jugador “diferente”, con duende y una clase destacada. Valverde lo sabe de sobre y sólo parece cuestión de tiempo que le echen el guante.
Berenguer tenía una misión complicada por el carril del 3 de San Mamés. Se medía en la primera línea de presión a Williams y en la segunda a De Marcos. Apoyado por el central zurdo Unai García, la perla rojilla salió enchufado, asomándose al ataque con descaro y desdoblándose corroborando que además de clase posee fuelle parea aguantar subiendo y bajando como un titán. A Williams le rebañó varios balones, asistió a Oriol Riera, que casi marcaba y se fue de San José por piernas hasta la línea de findo con pase de la muerte a De Las Cuevas que no acertó a batir a Iraizoz.
Un azote inesperado que continuó con un centro chut que tuvo que desbaratar Iraizoz con ayuda del poste antes de que Riera adelantara a Osasuna. Las dos lesiones de sus compañeros Digard y el propio Riera, el empuje del Athletic, que ya había empatado, obligó a recular a su equipo y Berenguer se multiplicó para mantener aseada su zona, con Unai García pendiente y atento a que Williams no rematase para cimentar una equis que celebraron con alborozo.