Pasando de Europa
La familia rojiblanca compuesta por aficionados, socios y abonados, contribuyentes forzosos y junta directiva del club incluida, está llegando a una conclusión con el concurso del Athletic en la fase de grupos de la UEFA Europa League, y es que para el gran público, aquel que tiene que retirar sus entradas para asistir a San Mamés y ver el triplete de partidos... el cartel de rivales no reúne el interés suficiente como para hacer el esfuerzo económico que sí se hace cuando es el "super Barcelona" el que nos visita y hay que pagar una entrada de superior cuantía. Esto de clasificarse para la segunda competición europea no tiene el tirón de antaño y ya lo pudimos ver la temporada pasada cuando un sector de la afición no quiso celebrar la clasificación para la segunda ronda previa. Con lo que cuesta clasificarse vía liga, con lo pesaditos que somos con que nuestro Athletic esté en Europa y ahora resulta que no vamos al campo y que nos ponemos "pejigueros" en el cómo se ha conseguido.
Indudablemente alguien me dirá que la crisis económica, ésa que afecta sobremanera a la mal llamada clase media española y vasca, está haciendo estragos y que las familias ven en el fútbol una opción de recortar gastos... eso sí, sin tocar el santo carnet rojiblanco que sigue alcanzando máximos históricos con el dichoso IPC. Es curioso comprobar que, mientras algunos nos exigían calma, confianza y un margen de tiempo de hasta una temporada completa para analizar y evaluar a este nuevo Athletic de Bielsa ... solo han pasado unas semanas y ya le hemos podido leer a un bloggero, representante y partidario de aquel pensamiento, que "Disputadas las doce primeras jornadas de Liga, estamos ante un plazo suficiente para hacer una primera valoración global del Athletic de Bielsa". Nos han entrado las prisas de poner nota al conjunto rojiblanco, justo cuando éste alcanza su mejor racha de RESULTADOS. Los más impacientes en vengar las "injusticias" cometidas contra el Athletic, su presidente, el entrenador y el buen fútbol... se olvidan de sus plazos más luengos para lanzarse a hacer unas valoraciones tan oportunistas como incoherentes con sus propios planteamientos de salida.
El Athletic club está preocupado y no quiere dejar pasar más tiempo con el tema de la flojísima asistencia del respetable a la triple función europea y, como ya se sabe, ha decidido poner en marcha su "plan de bonificaciones" para el inminente partido contra el mítico Slovan de Bratislava como parche a su fracasada iniciativa del "bono descuento" para los tres partidos de la liguilla. Por si alguno no lo recuerda, el Slovan fue aquel gran equipo frente al que el Athletic comenzó la épica remontada de resultados de la que ya podemos extraer conclusiones con el permiso de los más benévolos y los menos críticos con los nuevos tiempos, porque ahora sí conviene hacerlo. Después del partido contra el Salzburgo en el que San Mamés apenas llegó a los 25.000 espectadores y con un precio de entradas de entre 20 y 35 euros, la visita del Slovan pinta menos para los socios que una corrida de toros en el BEC.
Es evidente que el cartel de rivales para esta primera fase de la competición no llamaba demasiado al gozo y a la expectación suprema, como mucho podíamos tener alguna esperanza con la moto que nos habían vendido del ilustre PSG de Pastore y compañía, que podía hacer soñar a los gestores de las arcas rojiblancas con volver a pegar un buen pelotazo con las entradas. Nada más lejos de la realidad, porque los franceses vinieron con la mente puesta en volver a ser grandes en su liga y conquistarla para disputar después de unos cuantos años la Champions League, y nos regalaron un partido sin tensión competitiva por su parte que el Athletic supo aprovechar y sentenciar. Los austríacos no son nada del otro mundo y se demostró en el partido jugado en su estadio y los eslovacos amenazan con poner más gente por detrás del balón en San Mamés que los sindicatos en la calle en una de sus mejores y más multitudinarias manisfestaciones.
Por si esto fuera poco, la UEFA no contribuye nada en absoluto a darle mayor interés a su segunda competición. Después de eliminar una segunda fase de grupos por hastío del aficionado y por agotamiento en los calendarios oficiales, ahora casi nadie se libra de jugar rondas previas eliminatorias para entrar en el bombo televisado. Todo para que más clubes aspiren al "chocolate del loro", para que entren más países y más clubes de las ligas más potentes del viejo continente. Te lo curras, pasas las rondas, la liguilla, alguna eliminatoria posterior... y al final te toca en el cruce un equipo Champions y te vas para casa con la sensación de no haber concursado. La temporada pasada fue el Atlético de Madrid el campeón después de su ridículo en la Champions, y es que los clubes que aspiran a grandes cosas en Europa ven a la Europa League como un torneo menor en el que no se gana dinero, más bien se pierde, y en el que no compensa la saturación de partidos. San Mamés se va pareciendo más y más a cualquier estadio rumano o moldavo en el que ves más asientos vacíos que asistentes.
Con el Athletic clasificado para la próxima ronda y ante la visita del Slovan a la Catedral en esta semana europea, es inevitable apelar a la racha de tantos partidos sin perder y pensar que pueda seguir alargándose en el tiempo en beneficio de la confianza de los jugadores y del cuerpo técnico, que ni en sueños se habrían imaginado llegar a este nivel en tan poco tiempo. Todo parece indicar que ha habido un cambio más que radical en este equipo justo antes del partido de Anoeta, un cambio que ha debido de tener su origen en el vestuario y que podría haber invitado al cuerpo técnico a plegarse en algunas de sus ideas iniciales para avenirse mucho más a la idiosincrasia del club que les ha contratado. Ustedes dejen de hacer cosas raras y nosotros, los jugadores, nos comprometemos a creer en su proyecto y a no hacer "fresh-banking" con el banquillo del Athletic como ya hicieron nuestros antecesores con otros técnicos menos ilustres. Los resultados llegan y ahora es momento de hacer periodismo de alto nivel y empezar a "comernos el coco" con la Champions que hace dos temporadas veíamos como una bilbainada, cuando a falta de cuatro partidos para concluir el campeonato era matemáticamente posible.
Todo le sale al "loco", hace cambios forzosos por lesión o por sanción de jugadores que él mismo ha considerado como fundamentales en su idea de juego... y le funcionan igual o mejor que los que estaban. Retrasa a Javi Martínez al puesto de central porque físicamente está flojete y funciona, le pone a De Marcos de lateral izquierdo y cumple, saca a Iñigo Pérez de medio centro en Sevilla y se sale el chaval, y así sucesivamente. Marcelo ha rectificado en muchas cosas y eso le honra pero sobre todo mejora el rendimiento del grupo.
No es momento de sacar pecho y no lo digo por las declaraciones "de manual" del vestuario rojiblanco, ni cuando no se le ganaba a nadie y había que creer ciegamente en el proyecto, ni ahora que todo parece una balsa de aceite porque el equipo comienza a acercarse a las posiciones que debe de ocupar en la tabla de los resultadistas más recalcitrantes. Me gusta mucho la sinceridad y el análisis de los partidos de Bielsa en las ruedas de prensa, y supongo que las palabras de Marcelo después del partido contra el Sevilla tuvieron que ser una bajada de pantalones sin precedentes a sus más devotos "yihadistas"... cuando reconoció que frente al Sevilla se defendió y se jugó, a diferencia del día del Barcelona en el que durante el segundo tiempo el equipo se limitó a defender. ¿Resultado amigo? Bielsa no vió como una gesta lo del Barcelona y seguro que contaba con ganar cuando el luminoso marcaba el minuto 90 de partido y el Athletic ganaba por 2-1.
AUPA ATHLETIC.
