¿Hacia dónde vamos?

Igual este cronista es muy exagerado en sus percepciones, pero uno tiene la sensación de que esta semana el Athletic Club se jugaba en San Mamés casi media temporada. Que era un partido clave vistas las circunstancias habituales de los leones fuera de casa, el disputado el jueves ante el APOEL de Nicosia, y que, más allá del posterior e injustísimo resultado de 3-2, cierta parte de la afición zurigorri no ha sabido valorarlo y/o el Club venderlo.

Habida cuenta del rendimiento de los de Ernesto Valverde esta campaña en ruta y, sobre todo, en la Europa League, todo lo que no fuera encarrilar bien esta eliminatoria podría llevar a que el calificativo final de la temporada diera una fuerte ziaboga. Todavía puede ser buena o muy buena pero, a la espera de lo que ocurra en liga, si se cae tan pronto en copa, aunque fuera ante el Barça, y en UEFA en dieciséisavos ante un rival sin duda inferior, como el chipriota, puede pasar a ser muy frustrante e incluso para muchos un auténtico fracaso.  Un sendero peligroso ahora que como dijo el presidente, Josu Urrutia, aún no sabemos si tenemos entrenador para la próxima campaña.Afortunadamente la moneda ha salido cara, no en cuanto a guarismos claro, pero sí en cuanto a percepciones, creo que nuestro equipo es muy, muy, muy superior al de Thomas Christiansen; pero si a la conclusión del cruce llega a ir mal el asunto habría que empezar a preguntarse si ver escasamente a 32000 espectadores en la Catedral es por culpa del dinero (con las arcas de Ibaigane llenas), si la gente está ya harta del proyecto, del Txingurri, del equipo, de todo... o, fatalmente, si es que lisa y llanamente ya no se valora lo que es estar jugando en Europa.
Con lo que cuesta entrar ahí, si luego la gente no va, o no va a animar, o se marcha antes de tiempo o no se conciencia de que hay que sumar apoyos, pese a que el rival tenga poco nombre, mal camino. No se puede estar sólo para el United, el Ajax, la Roma o el Tottenham. Para llegar a Solna hay que poner muchos ladrillos en el camino y al final, no sé, a ver si es que no merece la pena. Que no sea algo tan bonito y vinculante como que el Athletic Club, 'caso único en el mundo', pise fuerte por el continente cosa tan solo de fardar de viajes y selfies. Reflexionemos por favor.

@asismartin