Un francés vino a Bilbao

 

Cuando por los 80 el Barcelona venía a La Casilla sólo tenía a un aficionado del Caja que se ponía de pié para recibir a su mejor jugador, a su ídolo de siempre, a Super Epi. Recuerdo que me dió la mano en una concentración justo antes de partir a Los Angeles y estuve una semana sin lavarmela, qué grandes recuerdos. Era un Barcelona, el de Antoni Serra,  que te aplastaba hasta por cincuenta puntos, que te ganaba corriendo, en estático o cómo realmente les diera la gana, eran insuperables.
Hoy al igual que estos últimas temporadas, cuando viene Navarro a Bilbao también siento esas vibraciones, distintas a las de un niño de 14 años pero adultas a la hora de ver en el campo al mejor jugador español de todos los tiempos, junto a Gasol por supuesto. Llevo varios meses preocupado por cómo están gestionando su continuidad, su lesión no se termina, y su carrera encamina a su recta final, y es que hoy me ha dado pena verle en la cancha. 
Por otro lado venía Saras Jasikevicius, el director más cabrón y mediático de los principios del 2000, maestro de maestros y el hombre que hizo hombre a Navarro. Salvo sus dos canastones finales, dignas de genio, también ha pasado discreto, muy discreto por Miribilla. 
La vida es maravillosa sobre todo si eres capáz de conservar la eterna juventud, esa por la que peleaba MacLeod en los Inmortales. Un día te conviertes en mortal y es algo muy duro para jugadores de este calibre. Lloré en la despedida de Epi y lo haré en la de Juan Carlos, sé que le quedan dos temporadas, retirarse en el Mundial de España será la consigna de los chicos de oro, pero me temo que no volveremos a ver exhhibiciones como la del día de Macedonia o aquellas finales, da igual de qué competición se tratara, dónde él era él, y para los tipos del basket eso nos bastaba. 
Pero la vida pasa para unos y sitúa en el horizonte a otros. Mamadou hoy no tendrá que volver a enseñar su carnet de jugador a la entrada de Miribilla al portero de turno que custodie la instalación, se ha ganado el respeto del público, de su equipo y el de su coach. Ha fallado canastas sí, pero las ganas de querer hacerlo bien y simpre concentrado le han llevado a creerse importante, aunque no vuelva a salir en cuatro jornadas, ¡chaval, has hecho feliz a mi enano! 
Y si tendría que destacar al jugador clave del partido, no tengo dudas, Adrien Moerman, ¡chapeau! El ha contagiado al equipo de fuerza, de intensidad, de acierto en momentos decisivos. Su defensa sacando a Lorbek ha sido racial, menos centimetros pero más, mucho más corazón. Decían de Garbajosa que era el cuatro moderno imprescindible para cualquier entrenador a la hora de abrir el campo, pues tomen nota, nosotros tenemos ya otro así. Y encima matándose en los dos lados de la cancha. Merci! 
Raúl ha estado genial en momentos de remontada, su cordura, su delicadeza a la hora de manejar el balón, su paciencia con Mamadou cuando quizás otro podría haberlo suprimido de su radar trás el segundo pase fallado, sus dos canastas del último cuarto le ponen como siempre en la picota de la duda, qué hubiera sido de este chico con sus rodillas sanas?, mejor dicho, en qué equipo de la NBA hubiera sido franquicia durante décadas si sus rodillas estuvieran sanas? 
Rakovic, el hombre de la 'celda 211', ha sido la llave en momentos de tensión y de tener que meter sus kilos por dentro. Aunque me ha defraudado detrás, delante se ha sacado tiros y penetraciones dignas de un tipo acostumbrado a la presión, pero le he notado un poco despistado, sólo eso debes mejorar man, al menos antes de que los guardias cierren las celdas. 
Mi Kostas ha estado intermitente, y hoy Fotis le ha dado un aviso, descansar atrás hace que cualquiera te la enchufe y que salvo rachas milagrosas, el equipo necesita de tí algo más, y viendo además que la barra libre del tiro de tres hoy estaba cerrada por descanso semanal, por dentro y corriendo es cómo ganaríamos al Barcelona. Y funciona durante cinco minutos el jugar con los dos bases en cancha. 
En Miribilla vive Alex, ese tipo que podría protagonizar Indiana Jones 5, maduro pero capáz de anotar sin que te dés cuenta, de rebotear, asistir y recuperar balones, y de sumar una valoración de jefe, de jefe de este equipo. 
Y no me puedo dejar a Zisis, cuyo estilo de moverse en el campo me recuerda al de Prigioni, capáz de tirar cuando la cosa está fea, resolver acciones de final de posesión y sobre todo de asumir todos los tiros libres que le echen, hoy 10. Tiene que ser más constante en su juego, en correr un poco más, pero es un gran controller, eso que hoy está muy de moda en las empresas. 
Roger ha apretado y mucho atrás, y salvo una decisión final mala de pase, el resto han sido buenas, sólo eso le pedímos. 
Lo peor, la doble H, Hamilton y Hervelle, el primero out desde el primer segundo que ha pisado el campo y encima cargándose de faltas a lo Romay, y Axel activo pero quizás un poco revolucionado, no acertado en el tiro y blando, cosas rara, en la defensa al poste bajo, sobre todo muy erguido y no defendiendo los piés al contrario. En otro partido habría sido un lujo impagable la desaparición de ambos, hoy ha servido para que Fotis diseñe alternativas de juego. 
Hemos ganado al Barça, quizás el peor desde hace veinte años, por fín en Miribilla. Y estuvieran como estuvieran los culés, de eso nadie se acuerda cuando ve la historia de los resultados al final de temporada. Hemos sumado y ahora no podemos bajar la guardia, el domingo a Donostia, a currar MIB. Buena semana.