Ya nadie cree en mariposas en el estómago
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Nos hundimos
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"Los errores cometidos no te dejan ni dormir", admite Williams
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La "Adurizdependecia" sigue siendo muy real
Intensidad y lucha a borbotones pero poco fútbol. Era el partido que le interesaba al Athletic Club pero ni por esas el equipo del Cuco Ziganda pudo arrimar el ascua a su sardina. El entrenador del Athletic ha decidido que sus jugadores no son los adecuados para proponer un partido aseado y discutir la posesión al rival así que los manda a la guerra. Los leones obvian el centro del campo y fían sus posibilidades ofensivas a pelotazos en largo para que la porfía y el poder aereo de Raul García y Aduriz consiga resolver la contienda.
Tan solo Susaeta (mas por dentro que en los costados) es capaz de encontrar soluciones entre lineas y desequilibrar al equipo rival toda vez que Williams y Cordoba (¿qué pasa con Cordoba?) son suplentes habituales. Demasiado poco para mi gusto. Cierto, las bajas condicionan y mucho pero con Muni en plenitud de forma (arranque de temporada) el equipo tampoco convencía. Lo que mas me chirría de todo esto es que el discurso del "Cuco" no se corresponde un ápice con lo que vemos semana sí semana también. Sería mas sano y congruente decir que en la tesitura en la que nos hallamos piensa optar por la lucha, la intensidad y la presión como principales armas para derrotar al rival "despreciando" un pelín la pelota. No pasa nada, es una manera como otra cualquiera de afrontar un partido de fútbol pero se encuentra en las antípodas de lo que se nos quiso vender en un principio. Pues bien, este fútbol (un tanto arcáico) estuvo a punto de darle rédito al Athletic. La Real es un equipo mas exquisito en el trato de balón, cuenta con mas y mejores individualidades pero pierde enteros cuando de fajarse se trata.
Parte de la afición denuncia que el Athletic fué un equipo sin ambición. Discrepo. El Athletic presionó arriba, intentó robar la pelota en campo rival y maniató en gran parte del partido al armonioso centro del campo del rival, lo que ocurre es que no dispone de jugadores que desequilibren y alimenten a los delanteros. El cuadro bilbaino tiene una carencia enorme de fútbol en los últimos 30 metros. De Marcos aporta muchas cosas pero necesita que su equipo domine y tenga la pelota para que sus desmarques sin balón sean efectivos. San José no está y Mikel Rico aunque es intenso y contagia a sus compañeros no es ese medio centro organizador que necesita este Athletic. Esta claro que el que no se consuela es porque no quiere y el fútbol no es una excepción. Unai Nuñez está rindiendo a un nivel estratosférico, Iago Herrerín ha demostrado que es un portero de garantías, Beñat ya está recuperado a la espera de que se ponga a tope, Iturraspe idem y ya falta menos para que vuelva Iker Muniain. Mientras recuperamos a los lesionados (veremos si cambia el panorama) habrá que conformarse con este Athletic ramplón en lo futbolístico pero exuberante en empuje y garra. Eso si, que nadie nos venda la burra de que lo que se prentende es que el equipo deje mariposillas en el estómago a la afición gracias al juego que despliega. Eso ya no se lo cree nadie.
Por Alfredo Irasuegui, periodista