Salvi certifica en Almería la reacción cadista

El Cádiz volvió a ganar. Lo hizo en Almería gracias a un doblete de Salvi en un partido en el que fue de menos a más. Su primera parte no fue nada buena, pero tuvo el acierto que faltó otros días y después supo aprovecharse de la ansiedad del rival. Una victoria imprescindible para espantar fantasmas.

El Cádiz comenzó el partido ejerciendo una presión alta que incomodaba mucho a su rival. Los locales querían llevar la iniciativa y tenían más el balón que los amarillos, aunque en los primeros minutos no eran capaces de generar peligro en el área de Cifuentes. El Cádiz salía a la contra, pero sin precisión para meter miedo.
Tras un primer cuarto de hora con poco juego, la cosa se animó. Servando evitó el primero de los locales con un despeje in extremis en una jugada de Pozo y el Cádiz empezó a dar señales de vida con algunas internadas de Álvaro García, pero a sus centros nunca llegaba un rematador.
El equipo de Cervera no tenía el partido controlado y, aunque tampoco sufría, parecía más cerca del Almería. Caballero cabeceó con peligro a centro de Fidel en el minuto 24, pero Cifuentes apareció con acierto. Más suerte tuvo el Cádiz en la acción siguiente porque el remate de Alcaraz se encontró con la madera. El gol rondaba la portería amarilla y cuando se había jugado media hora parecía que la cosa no iba con los cadistas.
La actitud era difícil de entender. No era propia de un equipo que quería romper una racha nefasta que estaba llevándole a la cola de la tabla. Por suerte, el Almería tampoco sacaba provecho de ello en el primer tiempo y, en ocasiones, incluso se permitía alguna llegada a través de Salvi o Álvaro García. 
Y la mejor noticia llegó en el minuto 38. Lucas Bijker tuvo fe para pelear un balón que estaba casi perdido y su centro, en la línea, lo remató solo Salvi para adelantar al Cádiz en su primer disparo a puerta. Y pudo llegar el segundo en un disparo de Álex Fernández, que salió fuera por muy poco. El Almería, que estaba siendo superior, se veía por debajo y estaba hecho un flan. Así se llegó al descanso, con la sonrisa de oreja a oreja que sólo conceden los goles aunque el juego haya dejado mucho que desear.
Las cosas habían terminado bien y empezaron todavía mejor en la segunda parte. En una jugada sin aparente peligro, un centro de Carrillo (que había entrado en el descanso) lo remataba Salvi a la red ante un contemplativo René. Se ponía 0-2 ante un equipo aparentemente débil, pero como contra la Cultural no le sirvió de nada llevar dos goles de ventaja, no podía caer en la relajación.
El Almería, lógicamente, reaccionó y embotelló a los amarillos en acciones de más corazón que cabeza. Joaquín disparó alto a renglón seguido y tenía que salir la experiencia cadista para parar el partido y frenar el empeño local por acortar distancias. Y pudo llegar el tercero en un cabezazo de Villanueva en el minuto 59 a centro de José Mari, pero el remate le salió muy centrado.
El partido estaba abierto porque los rojiblancos iban hacia arriba con todo y el Cádiz encontraba espacios. El Almería agotaba los cambios cuando quedaban 20 minutos y el partido llegaba al tramo final con un equipo desesperado y sin ideas y otro, el Cádiz, algo cansado pero con la inercia positiva de los goles. 
El oficio del Cádiz y la angustia del Almería eran una buena mezcla para que los cadistas no sufrieran en exceso. De hecho, pudo llegar el tercero en un gran centro de Álvaro García, pero Carrillo no fue capaz de rematar cuando se encontraba solo. Quedaban cinco minutos para el final y no llegaba la sentencia, aunque la diferencia entre unos y otros era grande. Y no hubo sufrimiento en un partido en el que los amarillos ganaron a base de pegada y trabajo.