El extraño caso de Stipe Pletikosa

Stipe Pletikosa vive una situación peculiar en A Coruña tras llegar a la disciplina blanquiazul para suplir la baja de larga duración de Fabricio Agosto, que abandonará la entidad herculina el próximo mes de julio rumbo al Besiktas turco.

El guardameta croata, cuya incorporación estuvo avalada por el cuerpo técnico después de analizar el pequeño abanico de opciones que puso sobre la semana la secretaria técnica, no ha logrado adelantar a Manu Fernández en la rotación de la portería y, salvo inesperada sorpresa o lesión del 'Poroto' Lux que obligue a cambiar de planes a Víctor Sánchez del Amo, no debutará en partido oficial con la camiseta del Deportivo.
Lo sorprendente no reside en que Pletikosa juegue o no juegue, debute o no debute, sino en el hecho de que no haya conseguido comerle la tostada a Manu, un portero de perfil más bajo que el de Stipe y cuyo rol siempre se ha entendido como puramente complementario. 

"Jugar o no en Copa [antes de caer frente al Mirandés] es una decisión del míster. Estoy bien. Con estos entrenamientos y mi experiencia, estoy preparado para jugar. Voy a seguir trabajando para intentar ponérselo difícil al entrenador", comentó Pletikosa en su presentación.

Sin oportunidades para demostrar si está o no capacitado para defender la portería del Dépor y con el convencimiento personal de que en el apartado físico está en perfectas condiciones a sus 37 años –pese a que Víctor ha hecho hincapié en este aspecto y en la adaptación como sus principales handicaps–, el ex del Rostov ruso asume que su futuro está lejos de A Coruña.