El temor del Deportivo con Federico Valverde

El Deportivo negocia la cesión de Federico Valverde, una de las grandes perlas de la cantera del Real Madrid, con cierta inquietud ante la posibilidad de que se produzca una situación similar a la que evitó que Marcos Llorente recalase en A Coruña el pasado verano. En el caso de Llorente, el conjunto blanco optó por cederlo al Alavés en lugar de al Deportivo, entre otros, al entender que allí disfrutaría de una mayor cantidad de minutos, puesto que la competencia en esa parcela del terreno de juego no era excesivamente significativa en el actual subcampeón de Copa y sí en la entidad coruñesa.

Además de tener que liberar una de las tres plazas para futbolistas extracomunitarios ahora mismo ocupadas por Sidnei Rechel, Celso Borges y Marlos Moreno, el Deportivo debe hacer frente a otro problema no menos relevante: pugnar por la cesión de Federico Valverde teniendo ocupada esa zona del campo con Pedro Mosquera, Celso Borges, Álex Bergantiños y Guilherme dos Santos, este último el segundo fichaje para el curso 2017-18 tras la incorporación de Fede Cartabia.
El propio Alavés y el Real Betis son dos de los equipos que ya han expresado su interés en incorporar a sus filas a Valverde, por el que el club blanco pagó algo más de 5 millones de euros en mayo de 2015, cuando ya había debutado en la Primera división uruguaya con Peñarol.

Perfil de Federico Valverde:

El medio uruguayo del Castilla es un centrocampista mixto con buen físico, espigado y desarrollado para sus 18 años (cumplirá 19 el 22 de julio). No es un especialista defensivo pero se desenvuelve bien sin la pelota: tapa líneas de pase, tácticamente es ordenado, no acostumbra a perder la marca y no es agresivo en exceso pero sí persistente a la hora de incomodar e intentar el robo con sus largas piernas.
Valverde recupera la pelota por posicionamiento, sabe usar su envergadura y coloca bien el cuerpo entre el esférico y el rival para protegerla o rebañarla. Es un jugador cerebral en la toma de decisiones, mide bien el riesgo de sus acciones en transición defensiva y destaca por su visión de juego para salir de situaciones conflictivas en espacios reducidos y también por su notable desplazamiento de media-larga distancia (preciso incluso cuando le enciman).
El canterano madridista inicia la salida desde atrás de su equipo como mediocentro por la claridad que ofrece en la distribución y además se siente cómodo e importante en ese rol. No rehuye el pase vertical entre líneas e intenta ser protagonista con el balón ofreciéndose a sus compañeros a lo ancho. No es un centrocampista explosivo, porque su complexión física lo condiciona, pero sus recursos cuando le aprietan son significativos: rompe en conducción, toca en corto, acompaña la jugada y también posee un buen disparo de empeine total desde media distancia que, por la calidad de su golpeo, podría ser más productivo.
En definitiva, Valverde atesora condiciones para convertirse en un jugador importante en la élite del fútbol europeo si su evolución continúa como hasta la fecha.