Seedorf aumenta la fe

A falta de lo más importante –comprobar el rendimiento del Deportivo sobre el césped de Riazor el próximo lunes contra el Betis y obtener como sea los ansiados tres puntos–, Clarence Seedorf ha conseguido reactivar al deportivismo, que en gran medida ve en el neerlandés al líder que puede sacar el barco a flote de una vez por todas.

 
La llegada del técnico neerlandés al club no contó con el respaldo de la afición, pues no se veía en el extécnico de Milan o Shenzhen a una persona con arraigo ni experiencia suficiente para darle la vuelta a una situación muy complicada. De hecho, siendo estrictos, su llegada fue muy cuestionada, ya que no se localizaban motivos de peso para apoyar la decisión tomada por el Consejo de Administración del Deportivo. De primeras, Seedorf no gustaba.
Tras atender a los medios de comunicación en la rueda de prensa de presentación en Riazor y ya con el bagaje que aporta asumir el cargo durante un par de días, el entrenador se ha ido congraciando con la hinchada blanquiazul con medidas que encajan con los deseos de la grada: las dobles sesiones de entrenamiento, las comidas en grupo para fomentar mejores relaciones entre los jugadores y el cuerpo técnico y la elección de un capitán que porte el brazalete durante los partidos agradan a la inmensa mayoría de aficionados.
Sin pistas sobre su propuesta táctica ni tampoco sobre un posible once, el deportivismo se aferra al incuestionable liderazgo de Seedorf y a la activación psicológica de la plantilla para asomar la cabeza y obtener un resultado positivo frente al Betis. Sumar los tres puntos contra el equipo dirigido por Quique Setién sería la mejor terapia posible y un posible punto de inflexión en la temporada.
No es osado decir que el nuevo míster ha aumentado la fe. En cuatro días, el verde dictará sentencia: Seedorf, ¿espejismo o realidad?