El Deportivo corre mucho. ¿Y corre bien?

Clarence Seedorf decidió compartir con el deportivismo que sus jugadores corren más que los de muchos equipos de LaLiga Santander, y lo hizo distribuyendo una tabla en la que se recogen datos físicos desde la llegada al club herculino del técnico neerlandés el pasado 6 de febrero. Ahora ya somos conscientes, con números en la mano, del esfuerzo de los jugadores blanquiazules, pensará Seedorf. Y eso, se supone, tendría que contentarnos. Como si unos cuantos datos sin contexto alguno sirviesen para justificar el trabajo, mejor o peor, del cuerpo técnico y de la plantilla. Si el factor suerte se pudiese recoger en un gráfico, otra de esas simplificaciones extremas, seguramente también nos lo habría hecho llegar.

Con esta medida populista se coloca a la misma altura a un grupo de profesionales que a algunos aficionados descontentos con el desempeño del Deportivo en Butarque (0-0). A la salida del estadio madrileño, varios le reprocharon al entrenador la falta de intensidad de los futbolistas ("corre más el benjamín B") e incluso incidieron en decisiones más específicas ("Andone corre y no juega"). Comentarios apasionados de aquellos que sufren por estos colores, tan lícitos como otros análisis un poco –o bastante– más sesudos, porque provienen del sentimiento blanquiazul. El hincha está en su derecho de reducir al absurdo su mensaje y de hacérselo llegar al responsable del primer equipo, pero lo que resulta contraproducente es que el entrenador coloque al club en ese mismo escalón. En el de las pasiones más bajas. 
Que el físico, como otros tantos factores, juega un papel importante en el rendimiento individual y colectivo no se discute, como tampoco que por sí solo no refleja absolutamente nada. El Dépor de Seedorf es el quinto equipo de Primera en distancia por encuentro, con un promedio de 110,6 kilómetros, y en intensidad queda más arriba, siendo cuarto y registrando 3,2 kilómetros a alta intensidad. En estas particulares clasificaciones se mantiene en 'puestos europeos', pero no existe un traslado real a los puntos obtenidos en los últimos doce partidos: 11 de 36 posibles. 
¿Por qué corre más el Deportivo? ¿Es necesario que lo haga? ¿Correr mucho es obligatoriamente mejor que correr poco? ¿Correr mucho es correr bien? ¿Correr más avala el trabajo de un cuerpo técnico? ¿Permite sacar pecho?
No necesitamos datos físicos para saber que el equipo encontró un camino en el Metropolitano, cuando se prescindió de un punta (Andone), y se apostó por ubicar a Emre Çolak, Adrián López y Lucas Pérez en sus posiciones ideales. Tampoco se nos escapa que el Dépor comete ahora menos errores defensivos de bulto y responde más y mejor como bloque. Y ni siquiera es preciso recurrir a un soporte numérico –privado además de profundidad analítica– cuando uno quiere alabar la mejoría individual de buena parte del once titular coruñés en el último mes y medio de competición.
En estas tres cuestiones, todas ellas positivas, Seedorf y sus ayudantes han jugado un papel principal, aunque a la postre las soluciones hayan llegado tarde y el desenlace fatal se antoje inevitable. El resto es un 'sálvese quien pueda' impropio de la categoría de este club.