Es Noticia
Mucho ruido y pocas nueces

Mucho ruido y pocas nueces

DMQ
Foto autor
Ion Urrestarazu
Aritz Elustondo celebra su gol con la Real Sociedad ante el Barcelona en Anoeta (Foto: EFE).
Aritz Elustondo celebra su gol con la Real Sociedad ante el Barcelona en Anoeta (Foto: EFE).

¿Habéis probado la sensación de paz cuando ves las noticias, los resúmenes de los partidos, los goles con el volumen del televisor apagado? Ese silencio hace quedarte realmente con lo único y más importante, lo que ha sucedido, lo esencial, virgen de toda perturbación. Sin ruido alguno.

¿Y habéis probado a repasar los mensajes de WhatsApp y las publicaciones en redes sociales previos al partido pero horas después de que haya terminado?

Principalmente cuando se ha perdido tiene mucho valor esa mirada atrás pues te vuelve a poner los pies en la tierra, te fija nuevamente tu centro de gravedad y te das cuenta de que todo ese gran disgusto de hace un buen rato no era para tanto. Más allá del resultado, la chispa que nos mantiene vivos es ese subidón de moral que nosotros mismos nos insuflamos en el previo de cada jornada. Yo el primero.

Vivimos rodeados de ruido. Ruido que como decía antes nos perturba y que como niebla en la carretera nos impide ver claramente lo que tenemos delante en ese momento. Probad a limpiar un poco de ruido de vuestro entorno y notaréis como mucha cosas hablan en silencio, incluso os podréis oír mejor a vosotros mismos y quizá comprobéis que lo que de verdad pensáis difiere un poco de lo que exteriorizáis.

Hay a quien le va el ruido, la protesta, la bofetada. Quien ni oye ni quiere oír, quien tiene la lengua muy larga y la mecha muy corta. Quien saca la mano a pasear cuando debería usar la cabeza primero y las piernas después. El fútbol ha cambiado mucho pero de momento se sigue jugando con los pies.

Desde el banquillo se nos dice que no hay motivo para la preocupación. Que aunque falta aún un fondo del estadio por terminar, el staff técnico cabe de sobra. Tanto preparador, tanto coach, tanto organigrama. Dicen que poniendo en fila todos los títulos de entrenador, licenciaturas y diplomaturas de diversas disciplinas (deportivas, nutricionistas, psicológicas, etc, etc, etc) que están detrás de esas camisetas con iniciales que andan por Zubieta se podría tapar toda la bahía de la Concha. O era el Mar Cantábrico entero. No me acuerdo.

Más nueces hacen falta. Y queso. Y membrillo si hace falta. Ruido ya tenemos de sobra. Y Rulli también, dicho sea de paso. Y pan. Que pongan pan el cesto, que nosotros somos mucho de pan. Solo me gusta un ruido, solo nos hace falta ese bello ruido, el de la grada Aitor Zabaleta. Llegarán los goles, llegarán las victorias y todas llevarán tu firma, Aitor.

Cargando