La década de Marcelo

Este 7 de enero de 2017 se cumplen diez años del debut en el Real Madrid de Marcelo, un lateral brasileño que llegó como un joven imberbe a sus 18 años y que completa una década como segundo capitán y uno de los mejores defensas del mundo.

 
Fue en Riazor, en una derrota del conjunto madridista ante el Deportivo por 2-0 con tantos de Capdevila y Cristian que mantenía la mala racha de los blancos en el feudo coruñés. Marcelo saltó al campo en el minuto 57 sustituyendo a Míchel Salgado, y lo hizo junto a una leyenda de su país, Ronaldo, en el último partido del delantero en el equipo merengue.
Esa temporada apenas disputó seis partidos bajo las órdenes de Capello, y sólo uno como titular. Las dos temporadas siguientes, con Schuster y Juande Ramos, el brasileño comenzó a ganar peso en el equipo peleando con Heinze por un puesto y demostrando su proyección para convertirse en el sustituto de Roberto Carlos en el futuro.
El mítico lateral ha sido siempre el espejo en el que se ha mirado Marcelo. A pesar de que sólo compartieron media temporada en el primer equipo, les mantiene una gran relación, e incluso el ex jugador ha reconocido que el actual segundo capitán de la plantilla tiene más técnica que él.
En la temporada 2009/10 comenzó a ser fijo en un once del que sólo se caería en dos ocasiones. En la temporada 2012/13, la última de Mourinho en el Real Madrid, una lesión le mantuvo varias semanas fuera del once y, a su regreso, llegó pasado de forma. La campaña siguiente, el gran año de Coentrao le permitió ser titular en la final de Champions de Lisboa, pero su partidazo al saltar al campo culminado con el tanto del 3-1 le elevaron para siempre a los altares del madridismo.
En total, Marcelo ha disputado, con el último partido ante el Granada, 382 partidos con la camiseta blanca sumando 26 goles, una cifra bastante destacada para un defensa, aunque su especialidad sean las asistencias. La banda izquierda del Santiago Bernabéu es suya y, cuando está en el campo, todo el campo se contagia de la alegría de un jugador que disfruta haciendo lo que más le gusta: jugar al fútbol.