Efímero trago copero del Málaga
Un año más, la Copa del Rey es amarga para el Málaga. No está hecha esta competición para el club costasoleño que vuelve a decir adiós al torneo mucho antes de lo previsto. Efímera ha sido su participación este curso, tras caer derrotado ante el Almería, 1-2, en La Rosaleda en el primer partido que ambos equipo disputaban en el torneo del KO este curso.
Hubo revolución en ambas alineaciones, pero los cambios, sobre todo la entrada de Sekou, decantaron la balanza a favor de un Almería que puso más ganas y acierto que el Málaga por seguir vivo en Copa. Habrá quien defienda que el objetivo básico es ascender y que la Copa puede llegar a estorbar, pero ninguna competición sobra a mediados de septiembre.
Suspenso para los que buscaban la redención en el equipo blanquiazul y detalles que no deben pasar inadvertidos para Juan Ramón Muñiz. A Lacen le pesa la camiseta y le viene largo jugar dos partidos a la semana. Su pasividad en el segundo gol es fatídica.
El Almería sigue vivo y se quitó el amargor de la derrota liguera. Sekou revolucionó a los suyos e hizo imposible la remontada del Málaga pese a que Muñiz acabaría jugando con sólo tres zagueros para buscar, al menos la prórroga. Hasta junio, sin más competición que la Liga, tendrá que hacer bueno eso de que la Copa molesta.
Tras unos primeros 45 minutos en los que los momentos de sopor como las jugadas clarísimas de gol se alternaron a partes iguales, el duelo cambió cuando agonizaba la primera parte. Una jugada en el área de Hicham acababa en pena máxima señalada por el colegiado. El contacto entre el pie de Trujillo y el canterano blanquiazul lo consideró suficiente Gorostegui Fernández-Ortega para indicar el punto de penalti. El debutante Héctor no dudaba el coger el balón y poner a los suyos por delante.
En un duelo más que igualado, con equipos totalmente modificados para la cita copera (Muñiz repitió tres titulares y el Almería sólo uno), el gol del atacante blanquiazul daba ventaja al Málaga. Y eso, que ambos conjuntos pudieron marcar antes. La suerte del gol se alejó de dos de los muchos jóvenes que había sobre el verde de La Rosaleda.
El Almería parece tener un tesoro en el zaguero Iván Martos, quien puso el acongojo en La Rosaleda con un zurdazo magistral que se estrellaba en el larguero de Kieszek antes de la media hora de partido. Le devolvería el favor su tocayo malaguista, Iván, con un remate de cabeza por encima de la portería de Fernando. Clamorosa fue la ocasión para el canterano que remataba solo a pocos metros de la meta rival.
Incapaces de marcar en jugada, el empate llagaba también tras un penalti clarísimo de Abqar a Sekou, que el propio delantero del Almería acabaría marcando en dos tiempos tras una primera parada de Kieszek. El meta polaco casi arregla el fallo que genera la jugada del penalti. Debió atajar el primero de los tiros, pero el balón quedó en el área y las consecuencias fueron funestas para los intereses locales.
El tanto dejó muy tocado a los malaguistas. Cierta pasividad se apoderó de la mayoría de ellos y el Almería fue ganando metros. Empujaba más y apostó por la victoria ante un equipo incapaz de mostrar la versión liguera. La revolución del once pesó y el Almería quiso más la victoria. Claro ejemplo fue la jugada del segundo gol en la que Montero remata solo dentro del área tras un centro del marbellí Luis Rioja.
