Inmolados antes de Dortmund

F. Godoy IIIEl Málaga tiró el partido de Anoeta. Así, como suena. Las rotaciones eran algo esperado, pero no las formas en las que el 'Málaga B' encaró el duelo ante la Real. En diez minutos ofreció una imagen lastimosa y se llevó tres goles. La Real ya saca cuatro puntos y el goalaverage en la lucha por la cuarta plaza.

Sin duda se esperaba otra cosa de este Málaga. Que sí, que no podía dejar de pensar en Dortmund, que Pellegrini dio entrada al mismísimo Kameni para esta cita. Pero de cualquier modo, los que estaban el campo debieron dar otra imagen. Nadie discute que era una alineación de mucha menos calidad. Sin embargo, la intensidad y la actitud hay que exigirlas siempre.

El Málaga no tuvo un mal arranque del todo. No hubo ocasiones pero sí posesión de balón. Pero todo se difuminó en cuanto la Real se asomó ligeramente al área. Griezmann estrelló un balón en el larguero que terminó siendo despejado a córner. Ahí nació el primer tanto. Agirretxe se impuso por alto a la timorata defensa malaguista. Kameni repelió el cabezazo, pero con tan mala fortuna que la cazó Vela, que solamente tuvo que empujarla.
Aun tambaleándose, llegó el 2-0. Lugano e Iturra encadenaron dos despejes horrendos. El esférico llegó suelto para De la Bella, que marcó un taponazo al estilo Branco. Para redondear los diez minutos fatídicos, Agirretxe mandó un pase a la espalda de Sergio Sánchez, donde Griezmann pastaba a sus anchas. El francés definió con categoría.
El 3-0 acomodó a la Real, eso es así. El Málaga, como el que no quiere la cosa, aguantó con estoicismo el chaparrón. Y cuando parecía que todo estaba perdido, Morales le dio algo de oxígeno al equipo malacitano. Iturra colgó un balón al área, la zaga lo despejó y Morales, que llegó con hambre atrasada, enganchó una volea tremenda. Su compatriota Bravo ayudó al gol, también es verdad.
Es el segundo tanto consecutivo de Morales con el Málaga. Gol que, en este caso, permitió soñar a su equipo con levantar la pesada losa realista. Y los sueños, sueños son. Íñigo Martínez se encargó de cercenar las esperanzas malaguistas. Aunque verdaderamente fue más demérito de Sergio Sánchez a la hora de marcarle en el córner que originó el 4-1.
Las desgracias nunca vienen solas. Así que, por si fuera poco, Pedro Morales tuvo que pedir el cambio por un problema muscular. Un par de minutos antes, Undiano consideró que un puntapié en el trasero de Antunes por parte de Rubén Pardo dentro del área no era suficiente para señalar penalti.
En Anoeta nadie temía por el marcador, así que el Málaga intentó estirarse algo. Antunes llegó casi a la línea de fondo y ejecutó un centro perfecto, en fuerza y precisión. Así, Roque sólo tuvo que definir con la testa. Un gol académico, del lateral al nueve. De la banda al corazón del área.
Con 4-2 y Baptista en el campo, el Málaga tuvo quince minutos de vergüenza torera. Aun sabiendo que el empate era una misión suicida, lo intentó. Con esa actitud durante la primera parte, posiblemente las cosas habrían sido distintas.
El Málaga pierde otra vez el paso en Liga y ha sido por iniciativa propia. Se aprieta la lucha por la Champions, donde la Real se escapa ligeramente. Pero es que Pellegrini lo ha visto claro. Había que elegir y ha escogido intentar la hombrada en el Westfalenestadion.