El Málaga desespera... al Madrid

El Málaga se lleva un punto del Santiago Bernabéu y eso es lo menos importante que se lleva, lo menos relevante que ocurrió. Es más una cuestión de cómo se lo ha llevado. Manteniendo opciones de ganar, mostrando un plan de juego, siendo solidario, viendo cooperar a hombres que hace nada erraban por los campos como almas en pena. Y todo eso resistiendo de manera espartana con un futbolista menos después de una estupidez de Amrabat, que estaba siendo el mejor de los 22.
Otra de las cosas importantes es precisamente que Amrabat ha sido expulsado y no estará en el próximo partido de Liga. Y este equipo no parece estar ahora mismo preparado para jugar sin el internacional marroquí. Un bache más para un Javi Gracia que recupera el crédito que algunos le empezaban a negar. Para otros nunca lo perdió. Además, comienza a ser muy seria su figura como estratega en partidos de alta magnitud. Cita tras cita, envite tras envite, demuestra profundidad de ideas y recursos de buen entrenador cuando le toca jugar contra los grandes.
Pasados los primeros 45 minutos, los mismos que se llevaron las manos a la cabeza viendo la alineación de Gracia tuvieron que retractarse. Porque plantó una línea de tres mediapuntas entre el doble pivote y Amrabat (que jugó de falso 9) formada por Pablo Fornals (que aparecía por la derecha), Tigha como enganche y Juankar en la izquierda. 
Sin embargo el Málaga estaba bien plantado, sabía lo que tenía que hacer y cuándo lo tenía que hacer. Resistió con Amrabat y Kameni como actores principales, pero era un trabajo coral, una actuación propia de una película de Kasdan. El holandés volvió loco a toda la zaga blanca, especialmente a Nacho, incapaz de competir con él en el cuerpo a cuerpo. En ese papel de 'hombre-plan' está a gusto y rinde. Es el auténtico motor del equipo malacitano.
Lo que pasa es que necesitaba un puntito, un metro, un segundo más de sus acompañantes para que la armonía fuese perfecta. Juankar, por dos veces, estuvo cerca de conseguir acabar sus faenas. Por cierto, apareciendo por la derecha, donde su cuchillo parece más afilado.
Enfrente no había cualquier equipo, estaba el Real Madrid y ante su público. Pero la generosidad colectiva y el buen hacer de Kameni sirvieron para resistir y seguir con opciones con toda la segunda mitad por delante. Parecía dispuesto a repetir su sobresaliente partido del Camp Nou. Anduvo soberbio en sendas ocasiones de Jesé y otra de Cristiano.
La segunda mitad se inauguró por todo lo alto, con paradón de Kameni a Cristiano y réplica de Keylor Navas en una falta directa de Recio que se colaba por la escuadra. También pudo ser héroe Fornals, que se acomodó un balón en el área para pegarle con la izquierda y se resbaló. Más tarde le pasaría algo parecido a Amrabat.
Como es normal, el Madrid se volcó y empezó su acoso a un Málaga que había perdido mucho terreno y en el que los jugadores de ataque cada vez eran menos relevantes. Era momento para achicar agua, con Kameni abortando casi todas las acciones de peligro, que la mayoría de las veces llevaban la firma de Ronaldo y Benzema. Sólo titubeó una vez y fue precisamente tras hacer un paradón a Benzema. El rechace cayó a Isco, cuyo remate se coló por debajo del cuerpo del camerunés. Pero ahí andaba Weligton para sacarla en la línea de gol. Que por cierto, ya había sacado antes otra que se colaba en un remate de Cristiano.
El Málaga hacía lo que tenía que hacer y seguir confiando en que Amrabat inventase algo. Pero lo que inventó fue una expulsión, justa además, tras golpear a Marcelo en la cara en un contragolpe que él mismo conducía. Le pudo esa fiereza natural, esa pasión por el cuerpo a cuerpo. Siempre va a la verdad pero con nobleza, sin embargo esta vez traspasó el límite.
Pues a pesar de la situación anómala de estar con diez en el Bernabéu, donde para tener opcione tienes que correr tanto que parezca que juegas con 20, el Málaga tuvo hasta opciones de ganar. Probaron fortuna Juanpi (grandísimos minutos del venezolano jugando de mediapunta, su sitio) de lejos y también Horta, cuyo disparo tropezó en Nacho y se fue a córner.
El Madrid murió matando, desesperado, chocándose con la pared imaginaria que era la zona cero de Kameni. Es curioso. El Málaga más desesperante que se recuerda en años acabó llevándose a ese terreno al líder. El punto da aire, pero no por su valor numérico, sino por hacer creer a los jugadores que pueden dar más de sí. Sin embargo, los problemas de base siguen siendo los mismos y ante la reducción de espacios y la obligación de jugar en estático el Málaga sufrirá. Además, sigue batiendo récords históricos negativos tras seis jornadas sin marcar. Pero bueno, de los problemas que se hable el lunes. Que este fin de semana es para saborear un puntazo.