Un punto de épica, un punto de época

Épico quizás sea poco para el empate conseguido por el Málaga en el Camp Nou. Porque lo hizo con un rosario de bajas insoportable para la mayoría de equipos del mundo. Lo justo quizás sea decir que es un punto de época. Porque rascar algo en Barcelona jugando tantos minutos con diez (con nueve apenas fue un suspiro) no es cuestión baladí.
La historia del partido fue una lucha contra el reloj y contra las estadísticas, pero ¿no es esto lo que hace tan bonito el fútbol? Nada se puede predecir. Bueno, quizás sí se puede en el caso de Kameni, que fue el pilar que sustentó la apuesta ultradefensiva de Juande Ramos. Héroe, como tantas otras citas con el Málaga y como tantas otras en ese estadio. Su espectacular partido hizo que el cerrojo malaguista cobrase sentido definitivamente.
45 minutos largos, donde la defensa fue madurando al compás del segundero. Aguantó el Málaga las intentonas del Barcelona, que era lo que pretendía Juande Ramos. Al final volvió a apostar por esa línea de cinco, pero tan ajustada a los cuatro hombres de delante que era un muro de nueve que separaba a Kameni de Sandro.
Jugó junto el Málaga, absolutamente metido atrás, pero con un plan claro: no encajar. La baja de última hora de Messi (que se sumaba a la de Suárez) no provocó que Juande se moviese de esa apuesta de amarrar el cero. Pese a todo los de Luis Enrique gozaron de muchas ocasiones, pero las dos más claras las evitó Kameni. La primera a Piqué y la segunda, brillante, a Rafinha.
Lo que no existía era ningún operativo ofensivo muy elaborado que hiciese temer al Barcelona por el resultado. En las alforjas del Málaga al descanso se contaban dos contras que Sandro finalizo sin inquietar mucho a Ter Stegen y poco más. Ontiveros trató de demostrar su desvergüenza cuando pudo, pero apenas le llegó el balón.
La cuestión era ver si esta decidida apuesta defensiva valdría para otros 45 minutos. Y en principio fue así y casi se traduce en el 0-1. Una buena acción del Málaga en la que Juanpi dio un pase a Juankar que, una vez burlado Ter Stegen, se quedó con un ángulo que para un zurdo era casi imposible. Aunque el Barça quería apretar, Kameni no se veía forzado a realizar paradas imposibles.
Sin embargo, en un partido en el que no hubo entradas violentas y el colegiado parecía tenerlo todo bajo control (incluido las constantes protestas de los jugadores del Barcelona), llegó la acción diferencial de turno. En una acción de Neymar en el centro del campo que Llorente leyó perfectamente fue expulsado por roja directa. El defensa del Málaga fue a cortar con contundencia la carrera del brasileño, pero la roja fue excesiva.
Juande tuvo que reaccionar rápido y colocó al debutante Luis Muñoz atrás teniendo que renunciar a Ontiveros. Así, y con el Barça volcado y Piqué casi de nueve 'Alexanco', el Málaga todavía resistía. Tic tac, 10 minutos y habría premio. Llegados al 80, Juande también dio entrada a En-Nesyri por un fatigado Sandro. La carga ofensiva culé era cada vez mayor.
El Málaga rascaba minutos, la fatiga de los jugadores iba pasando factura, sobre todo a Kameni, que tuvo que ser atendido en el césped por unas molestias. La tensión iba en aumento, tanto que el árbitro expulsó a Juankar por una protesta cuando se pasaban tres minutos de los cuatro añadidos... Pero ni ante un muro de 11, ni ante uno de 10, ni ante uno de 9. El Málaga eligió el Camp Nou para escribir su enésima novela épica y para dejar, qué cosa, por primera vez la puerta a cero fuera de casa.