Luis Muñoz, antiguo objeto de deseo del Madrid

Apunta a titular en el Bernabéu. Luis Muñoz debutó en el Camp Nou, esta semana lo hizo como titular en La Rosaleda y puede redondear su triplete de actuaciones con el Málaga con un partido de tronío en el coliseo blanco. En un revelador reportaje en Málaga Hoy, Luis Muñoz cuenta que su camino hasta llegar a la élite no fue nada sencillo, al contrario. Tuvo que superar una prueba de extrema dificultad.

El central de Nueva Málaga (1997) lleva en el Málaga desde edad infantil, reclutado desde el 26 de Febrero, en una generación campeona que llamó la atención desde muy temprana edad. Además del título en la Copa de Campeones el año pasado, fue campeona de Andalucía infantil. Y en cadete lo fue de España en la Copa Coca Cola en un equipo que es recordado en La Academia como uno de los mejores de la historia de fútbol base. Estaban ya Ontiveros y Kuki Zalazar y lo que es ahora el grueso del filial: Samu Casado, Arturo Segado, Kike Pina... Incluso un diminuto Brahim Díaz, aún en edad infantil, que ya hacía diabluras con jugadores dos años mayores que él. Ganaron en Vallecas el evento.
Pero ahí no estaba Luis Muñoz, que, como cuenta en Málaga Hoy. En edad cadete sufrió una fractura por estrés de la vértebra L2. Con un pronóstico muy difícil. "Me perdí un año entero y medio del siguiente. Estaba todo el día de médicos y muchos me decían que tenía que dejar el fútbol, que esa lesión era muy grave y no sabían si me iba a recuperar o no. Había muchas noches en las que lloraba en la cama porque pensaba que tenía que dejar el fútbol. Pero fui a otros médicos, dieron con lo que era y lo pudimos arreglar. Fue una época muy dura, pero la superé. Mi familia me arropó", dice el canterano malaguista, que como única secuela tiene el uso de plantillas y ejercicios de espaldas para los restos.
Superada esa dolencia, Luis continuó brillando. Ha tenido varias proposiciones desde muy joven para irse. Justamente el Madrid fue uno de los clubes que más le siguió. Sus ojeadores en la Costa del Sol le recomendaron encarecidamente. Hubo algún momento en el que se temió realmente por su marcha, pero aquí está. "A uno siempre le gusta jugar en el equipo de su tierra, donde ha nacido, donde está su familia. Porque te gusta estar al lado de los tuyos. Estoy muy orgulloso de eso", relata henchido Luis, que renovó a comienzos de temporada hasta 2020 y que admite que "sería un sueño jugar también en el Bernabéu. De pequeño ves a Messi y Cristiano y piensas: 'Me gustaría cubrirlos'. Es la ilusión de cualquier defensa. Si tengo la oportunidad, estaré muy contento".