La vereda de la puerta de atrás

Se va Fran Vázquez del Unicaja y no pasa absolutamente nada. Porque como su última temporada ha sido de un rendimiento deficiente, escuece menos. Y, no nos engañemos, no tiene el club de Los Guindos una masa social poderosa y subversiva capaz de poner el grito en el cielo por nadie. Además, que esto es el deporte profesional, deporte-negocio, que crea ídolos de barro y luego los tira como juguetes rotos con absoluta naturalidad. No, no me gusta la salida de Fran. Pero sobre todo no me gustan las formas.
No me gusta que en el club se enfadasen con un compañero de profesión por contar la pura verdad de cómo prácticamente se ninguneó a Fran Vázquez. La decisión llevaba tomada tiempo y así se le comunicó en su momento, no se entiende para qué esta liturgia salvo como una forma de dejar que todo se enfriase y soltarlo por las buenas, al mediodía de un jueves random. Puro maquillaje.
Así, un día, al poco tiempo de anunciar que un jugador sigue, se comunica que otro se va. Pero es que no es otro cualquiera, es que es Fran Vázquez. Quizás no tenga el carisma de otros fuera de la pista, pero en la cancha ha muerto siempre por la camiseta, ha sido estandarte de la cantera y, más allá de Las Pedrizas, no olvidemos que es el mejor taponador de la historia del baloncesto europeo. Y un número 11 del Draft de la NBA. No es cualquier cosa.
Por eso digo que no merecía un final así, merecía un adiós mejor, en la pista a poder ser o con una rueda de prensa con honores. No merecía que nadie le afease de esta manera, sin oferta de renovación y hasta pagando 100.000 euros para romper su contrato. Porque Fran es el tercer jugador que más veces ha defendido al Unicaja tras Cabezas y Berni. Y también renunció a mucho dinero con tal de volver a casa, algo que se olvida muy pronto.
Sí, es muy posible que deportivamente haya llegado la hora de buscar otras opciones, que el tiempo pasa para todos y Fran tampoco se escapa (aunque bueno, parece que va camino del Real Madrid...). Pero una entidad que presume de valores como el Unicaja debería jugar estas partidas con más tacto y honrar a sus figuras. Porque ellos pasarán sin que nadie les recuerde, pero Fran Vázquez es historia del baloncesto. Demasiada gente ha caminado por la vereda de la puerta de atrás de Los Guindos.