300 euros en 1988, 300 euros en 2013. El periodismo se desangra

Estoy en casa viendo ‘Punto Pelota’ mientras preparamos una nueva jornada laboral. Cada día de trabajo es un regalo. Sufro en la distancia el drama de mis compañeros de El Correo de Andalucía, decano de la prensa regional. 155 años tirados a la basura por unos directivos ineptos y sin corazón. 53 trabajadores sin cobrar, haciendo movilizaciones y que han decidido encerrarse en la sede de Américo Vespucio 6. Quieren cobrar, necesitan alimentar a sus 53 familias. Pero por encima de eso son buenos profesionales, grandes profesionales, admirables profesionales. Desean que El Correo de Andalucía siga saliendo a los quioscos o funcionando a través de su página web porque quieren a su empresa más que los figurones que la han llevado a la ruina.
Terrible noticia el expolio sobre la televisión valenciana que finalmente, tras un ERE revocado por un juez, ha sido clausurada. O el desastre de Telemadrid que ha mandado al paro al 80% de su plantilla (ningún encorbatado, claro está) tras un ruinoso acuerdo de compra de derechos televisivos del Atlético de Madrid. 
El periodismo se desangra porque está gobernado por personas que no son periodistas. La clase media ha desaparecido. Y con ella el viejo periodismo de calle, de olfato, de suela, de teléfono, de vis a vis, de agenda, de maleta en una mano y máquina de escribir en la otra… El reporterismo. Los becarios ya no son aprendices sino trabajadores mal pagados a tiempo parcial y fecha de caducidad. Las empresas periodísticas tienden a un modelo donde sólo hay dos estamentos: directivos superpagados y becarios a jornada completa de 24 horas y que, por desgracia, sólo se limitarán a cortar y pegar los comunicados oficiales de los clásicos gabinetes de prensa. ¿Qué información llega a la gente de la calle?
Yo entré en MARCA como colaborador en 1987 mientras terminada mis estudios de Periodismo que cursaba en la Universidad Complutense. Los domingos matinales cubría partidos de la Tercera División madrileña. Fuenlabrada, Atlético Velilla, Carabanchel, Moscardo, Alcorcón… Y por la tarde en la redacción debía completar resultados y clasificaciones de todos los grupos de Tercera División (17) y de la Regional de Madrid (dos de Preferente, cuatro de Primera Regional, ocho de Segunda Regional y otros ocho de Tercera Regional). Partido a partido. En algunos casos llamábamos al cuartel de la Guardia Civil del pueblo de turno para que nos dijeran el resultado. Con el tiempo nos buscamos las habichuelas y llegábamos a acuerdos con compañeros de otros medios para repartirnos los grupos. Nunca olvidaré que me hice amigo por teléfono de Jaime Bilbao que era el presidente del Alzola, un equipo de la Segunda Regional madrileña. Le llamaba para preguntarle por el resultado de su equipo y me miraba otros de su grupo. Quedamos para conocernos en persona. No fue posible. Un maldito día tuvo la mala fortuna de pasar por la calle Vallehermoso justo en el momento en que la banda criminal ETA hizo explotar un coche bomba que estaba aparcado en doble fila. Murió en el acto.
Tras un año como colaborador, el responsable de la sección de Archivo, Pedro Sardina, me sugirió que me presentase al examen de prácticas. “No pierdes nada”, me dijo. Como su nombre indica, Archivo guardaba fotografías y periódicos en bruto. En sobre. Era una cueva y si necesitabas, por ejemplo, una foto de Bernabéu a tres columnas, tenías que bajarte al sótano, cogerte todos los sobres de Bernabéu, mirar las fotos que pudieran dar el corte seleccionar algunas y subirlas para que el redactor jefe diera el visto bueno. Si no le gustaba ninguna… ¡otra vez para abajo! Y rapidito. En aquellos años no había discos duros, ni archivos informatizados. No había internet.
Pero volvamos con mi examen de prácticas. Nos presentamos 400 personas. Pillamos mesa. Primera parte, batería de preguntas. ¿Cuántas copas de Europa ha ganado el Real Madrid? ¿Quiénes formaban la delantera del Zaragoza conocida como ‘los Cinco Magníficos'? ¿Quién marcó el segundo gol del Real Madrid en la final de la Copa de Europa de 1966 y contra qué equipo? ¿Cómo se llamaba el entrenador que ganó las tres primeras Copas de Europa de baloncesto con el ASK de Riga? ¿Qué esquiador español fue campeón Olímpico y en qué ciudad? ¿Cómo se llama el jefe de motor de MARCA? Así hasta ¡300 preguntas! No os exagero.
Después de esta prueba otra más. “Teneis que redactar una noticia en pocas líneas”. Otra más. “Desarrollar un reportaje”. “Hacerme una entrevista”. Sardina, que era el examinador simulaba ser Jesús Gil y había que hacerle preguntas. Y luego redactarlas bien. Y la prueba final: “Iros a vuestra casa y diseñar una portada de MARCA y venis a las ocho de la tarde”.
Recuerdo que llegué a mi casa desconcertado. ¿Qué podía hacer? Se me encendió la bombilla. Llamé al 097. Era el servicio telefónico deportivo de Radio Nacional de España. Valoré las noticias que daban y con esas y un poco de ayuda diseñé una portada, eso sí a mano, con su cabecera, su foto simulada y sumarios. Y la entregué. A los 15 días me llamaron. Nos habían cogido a seis de los 400 que se presentaron. Dos meses con contrato de prácticas por 50.000 pesetas. 300 euros. Año 1988. Repito, 300 euros.
25 años después no hay exámenes de prácticas en los medios de comunicación. En 1988 nos quedamos en MARCA cuatro de los seis becarios que aprobamos aquel tremendo examen de practicas. En 2013 no se ha quedado ningún becario en ningún medio español. No hay becarios sino trabajadores que cobran 300 euros. ¡¡¡Lo mismo que hace un cuarto de siglo!!!
25 años después el periodismo se nos va. Sin Correo, sin Canal 9, sin Telemadrid, sin investigación, sin crítica, sin subida de sueldo como premio a un trabajo bien hecho, con encorbatados ineptos y millonarios… Lo he escrito del tirón porque necesitaba desahogarme. De la máquina de escribir al Edicom 3000, de la linotipia a internet, de Prats a García y De la Morena. De Abellán a Pedrerol. Del periodismo al servicio de la gente al teledirigido de supervivencia… ¡Qué pena!