En busca del gol perdido

 

Saludos cordiales nuevamente. Tras una larga cuesta de enero y parte de febrero, por fin volvimos a reencontrarnos con la victoria este último fin de semana y, lo que es aún más importante, con el “desaparecido” gol. Ese desencuentro con un aspecto tan importante del fútbol lo hemos pagado y, además, por méritos propios. Somos el equipo menos anotador en el campeonato griego con tan sólo 15 goles a favor en 24 encuentros disputados. Un promedio paupérrimo que, afortunadamente, hemos podido compensar con la solidez defensiva (22 en 24 partidos), tan sólo superados por cuatro equipos. Basta con decir que el delantero que más goles acumula en nuestro equipo suma dos...
 
A pesar de esto, que, por desgracia, no es poco, el equipo se encuentra en una situación delicada pero asequible. Como el Málaga. Hay muchos rivales metidos en la lucha por la zona baja y, a priori, nuestro calendario parece mejor que el de los demás implicados.
La verdad que es una pena e impotencia, ver cómo equipos a los que te has enfrentado con anterioridad, que no exponen mas fútbol al nuestro y que tácticamente dejan mucho que desear, tienen a esos jugadores que con tan sólo media oportunidad te crean un gol. Ellos están luchando en la parte alta de la tabla y nosotros en la baja, pero esto es fútbol y hay que mirar siempre hacia adelante.
Ahora vienen las últimas semanas de competición y los ánimos en Grecia se notan un poco más si cabe en los estadios. Aquí son muy radicales y extremistas y, si bien es cierto que cuando sus equipos van bien te tratan como reyes, si no están contentos (afortunadamente, no es nuestro caso) la situación pasa a ser la contraria llegando incluso a invadir los estadios como ya pasó en algunos casos recientemente.
Me siento bastante identificado con el Málaga este año especialmente, porque veo que estamos pasando un año parejo, en numerosos partidos mereció mucho mejor resultado y debería estar luchando por algo muy distinto, al igual que nosotros. Sin embargo, la realidad es otra bien distinta, eso sí, ellos cuentan con ese “plus” en la delantera, y por ese único motivo los malaguistas, entre los que me incluyo, no debemos estar preocupados.
Por último, cuento los días en el calendario para poder volver a mi tierra, con mi familia, con mis amigos, para poder disfrutar de todos esos momentos que lamentablemente ahora no puedo disfrutar con todos ellos debido a la larga distancia. Ya falta poco para volver, aunque estoy haciendo lo que me gusta y luchando por un sueño que siempre tuve y que, día a día con trabajo y esfuerzo, lo estoy convirtiendo en realidad.
Con esto finalizo mi entrada no sin antes desearle toda la suerte tanto al Málaga como al Asteras, para que el año que viene podamos tener objetivos diferentes a los actuales.