La Academia a gritos

Existen pocos argumentos más sólidos que un éxito. Resulta que el Málaga de juveniles ha sido Campeón de España. Para ponerlo en dimensión diremos que ha sido con justicia el mejor de los 112 equipos que componen los siete grupos de la División de Honor, algo así como la élite de la categoría. Resulta que un puñado de jóvenes talentosos paseará la temporada que viene el escudo del Málaga cosido en el pecho por los campos de Europa en la UEFA Youth League, la Champions de juveniles. Resulta que estos chavales y todos los que los preceden no tienen un lugar fijo donde entrenarse y mejorar individual y colectivamente. Resulta que el campeón de España de juveniles no tiene Ciudad Deportiva.
La carencia no es baladí y envuelve de hazaña lo logrado por estos chicos. Porque La Academia, nombre que se le otorgó a lo que antes era La Base, y antes la no sé qué y antes la no sé cuánto, es un contenido sin continente. Decía Manel Casanova, el arquitecto de ese contenido, que tenían la Ciudad Deportiva más grande de España por aquello de tener que entrenarse todos sus equipos derramados por capital y provincia. Bromeaba, lógicamente, Manel, al que le deseamos pronta recuperación para terminar de moldear un proyecto que lleva su sello de calidad y que ha dado un buen espaldarazo con este campeonato. La inversión en cantera es elevada, eso es innegable, pero los resultados en forma de patrimonio y títulos lo respaldan. El proyecto que pedía Casanova a medio plazo ya da jugosos frutos.
Falta, claro está, la Ciudad Deportiva, algo que ya no depende de alguien. Uno, que ya empieza a peinar canas contando batallas del Málaga, lleva años escuchando la misma cantinela con distinas voces. He visto plantar un olivo como símbolo de la primera piedra, varias recreaciones virtuales sugerentes, ciudades deportivas de bajo coste, ruedas de prensa en las que faltó descorchar el champán, decenas de titulares con la palabra ‘inminente’… He visto muchas cosas, muchísimas. Pero todavía ni una piedra encima de otra. Y otra de otra. Este título es el mejor argumento para pedir a gritos a quien corresponda, de un lado y del otro del Guadalmedina, que esta cantera, que estos chavales, que esta ciudad, necesitan de una vez por todas una Ciudad Deportiva para seguir incubando deportistas de éxito que nos sigan haciendo tan o más felices que hoy.