La extraña parsimonia de Beto
Entraba el partido en el tramo final y el Sevilla gozaba de la mejor ocasión de todo el encuentro por mediación de Rakitic, aunque la sensación no fuese de dominio constante por parte de los de Emery que, eso sí, tenían la pelota. Pero lo más llamativo, cuando mayor era la necesidad de marcar y ganar, era la actitud de Beto.
El portero del Sevilla, aparentemente ajeno a las prisas de sus compañeros y a la celeridad de Emery cuando tuvo que devolver un balón desde la banda, perdía tiempo una y otra vez cuando el esférico llegaba a sus dominios sin que el Málaga apretase lo más mínimo.
Tampoco se ha resentido de su lesión y goza de ese atenuante, a tenor de lo dicho por Emery al final del partido. "Al final Beto ha tenido que trabajar fuerte con varios centros al área pero nada más".