Un Rey Mago y un Sampa Claus

El Sevilla celebra la Navidad, celebra las fiestas y celebra en realidad cada día que le toca vivir, porque lleva en un estado de euforia, felicidad y éxtasis continuo casi 10 años, ni más ni menos. El Sevilla vuelve a celebras estas entrañables fechas con un paladar redulce, sabroso, para chuparse los dedos. Mira atrás y si hay nostalgia es de alegría. Un año más, la Navidad es blanca y roja, porque el año que se deja atrás y las vivencias son casi todas buenas. Y se ha convertido en una perfecta constante.

El Sevilla y el sevillismo son felices, y tienen y deben demostrarlo, porque es algo ganado a pulso y merecido, tanto en el club como en su gente, que haciendo gala de la exigencia y el apoyo a partes iguales ha detonado el crecimiento del equipo, del club. Y si ellos son responsables del pedestal nacional y continental en el que se asienta el Sevilla, no está mal reconocer que entre todo ese abanico de bonitas vivencias, la gran parte, sino todas, tienen algo de la magia de su Rey mago, de ese que no viene de Oriente, sino de San Fernando, de ese que no solo regala el 5 de enero, sino durante todo el año. De ese que algún día debe tener el permiso para tomarse descanso y tomar una ruta diferente si es su deseo. La alegría del Sevilla y el sevillismo tiene muchas firmas, pero solo un Rey, Monchi. 
Monchi, Ramón Rodríguez Verdejo, es el Rey Mago del Sevilla. Rey porque todos los éxitos los apadrina y llegan directamente de decisiones o planificaciones suyas. Mago porque cuando parece que la realidad ya no puede dar más pábulo a este club hay una chispa que se enciende y se convierte en otra llama de ilusión, y las enciende él con su labor y acierto.
Monchi es la piedra filosofal de este Sevilla. Y cuando se apague o baje el interruptor deberá procurarse el club buscarse otra, que quizás no brille tanto, que no sea tan mágica, pero que habrá que buscar. Mientras tanto, el Sevilla se encomienda y disfruta con su Rey Mago, el que deja regalos varias veces al año, el que ha encontrado en mayo su mes preferido y el que es capaz incluso de apadrinar duendes e incluso nuevas ilusiones.
Porque más allá del Día de Reyes el Sevilla, este año, ha encontrado otra ilusión. No llegará el 5, puede que aparezca el 24, y tampoco viene de Oriente, ni de Laponia, sino de la Pampa. El caso es que el Sevilla, además de con un Mago, se ha encontrado con su Papa Noel, con su Sampa Claus (copyright de Triana SFC Fans). Si hasta este año el Rey Mago llegaba año tras año a la casa de los sevillistas dejando plata e ilusión de la mano de un vasco Olentzero, ahora las visita de la mano de Sampa Claus, que va de rojo y blanco y que lleva un saco de regalos e ilusiones, está fuerte y puede con todo ello.
El caso es que 2017, todas las fiestas, aparecen ante los sevillistas cargadas de felicidad y una ilusión sin fin. Si no es la Copa es la Liga, si no la Europa League es la Champions. Y en realidad da igual lo que llegue en el futuro, porque el Sevilla se asegura ilusionarse, competir y pelear por sueños de los más grandes. Así lo ha hecho la última década gracias a su Rey Mago.