Tres cuestiones mundialistas

1. La diferencia más importante entre esta España y la de la Eurocopa o la 
de la fase de clasificación, se da cuando no tiene el balón, al margen de 
ciertas pinceladas tácticas. No existe el mismo compromiso y coordinación 
(aquel avispero que envolvía a los rivales...) para robarlo. La clave del 
éxito no pasaba sólo por lograr una posesión abrumadora del cuero, tocando 
y tocando, sino en qué lugar del campo lo robaba en muchas fases. En este 
sentido, y salvo contados momentos, la España de Sudáfrica es más 
'vulgar': recupera casi siempre la posesión en su línea de retaguardia y 
no en campo del rival.
La razón, parece, es meramente física: falta ese último punto de frescura 
muscular. Esta Selección juega dos escalones por debajo que la de hace dos 
veranos. ¿La razón? ¿Un calendario cargadísimo en 2010? Me parece que, más 
que eso, se debe al sutil pero evidente 'bloqueo' que sufren los 
mega-súper-ultra favoritos cuando no están acostumbrados a serlo en citas 
de este calado. No hay más que ver la carita de Iker Casillas: un poema. 
Si el problema es éste, todavía tiene solución, porque este sarampión que 
había que pasar a la fuerza puede ir remitiendo.
2. La Selección, con Luis y con Del Bosque, es mejor con un punta. Pero de 
largo. Fernando Torres ha pasado ya a la historia con aquel gol en la 
final de Viena, pero es más que curiosa, casi un misterio, la 
transformación que sufre habitualmente este jugador en cuanto se enfunda 
La Roja: no dribla, percute; pierde tracción y resbala a cada instante, 
sufre una barbaridad en cada control, no acomoda ni toca la pelota, más 
bien ésta le rebota caprichosa... Piernas de madera. Un potro desbocado. 
Parece muy cierto, en todo caso, que su presencia intimida y abre vías de 
llegada a otros. Menos mal.
3. Una colosal y vergonzante gilipollez que nos ha dejado el  Mundial:  La 
reunión Sarkozy-Henry. Síntoma de la estupidez de nuestros días. 
Tratándose de Hugo Chávez se entendería, no tanto si anda por medio el 
presidente de la República Francesa, allons enfants de la Patrie...