Un Betis precipitado
Media Sevilla aún no se cree lo que ha pasado. Que sí, que la rumorología en el mundo del fútbol es lo que tiene, que ya nos habían contado que estaba en el alambre y que lo mismo echaban a Mel... pero permítame confesarle que cuando salí el domingo del Benito Villamarín no me imaginaba que la directiva del Betis fuera a tomar la decisión que ha tomado.
Hay precipitación, demasiada, por quitarse a Mel de en medio. Y la cosa huele rara. Vale que el equipo no esté bien, que cada vez tenga peor pinta... Pero sigue teniendo la salvación a tiro de piedra, con el regreso de Rubén Castro apuntando a goleador y con el mercado invernal y más de 20 jornadas aún para cambiar el rumbo.
La directiva del Betis se ha metido en un follón de padre y muy señor mío. Con una decisión así se han echado a (casi) todo el beticismo encima y si Garrido, que vaya papeleta para Garrido, no arregla la cosa, las miradas empezarán a apuntar al palco.
Pepe Mel era el único referente bético al que se asía la afición. Su pasión por el escudo de las trece barras era capaz de hacer que grada y jugadores fueran a una incluso en los momentos más difíciles. Ahora ese factor se ha perdido y sólo quedan dudas, temores y desilusión en un Betis que parece precipitarse... como sus responsables.
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