Ramos: un homenaje merecido

 
Ya era hora. Ya tocaba. Era hasta necesario. Tocaba hacer las paces, porque era incomprensible que una institución como el Sevilla FC no reconociera a Sergio Ramos como uno de los suyos. De Camas, criado en la carretera de Utrera... y sevillista.
 
Se fue, sí. Pero dejando un dineral. Y se fue a una empresa mejor, para ganar más. Como lo haríamos usted y yo. Y se marchó rodeado de dimes y diretes que obedecían más a intereses que a la realidad.
 
Porque al final, con el paso de los años, ¿qué queda? Pues mire, queda la astronómica cifra que el Real Madrid pagó por él, el crecimiento de Sergio Ramos como jugador llegando a convertirse en una estrella de talla mundial, y el contínuo homenaje que ha hecho siempre al añorado Antonio Puerta, reconociendo siempre su filiación sevillista sin ambages.
 
Bien por el Sevilla, por darle el sitio que merece. Por Ramos, por no renegar jamás de sus orígenes, y bien por los aficionados, que reaccionaron como se esperaba en una jornada que será inolvidable para el ahora futbolista del Real Madrid.