Nosa, el Dr Jekyll y Mr Hyde

Estos días muchos se apuntan el falso título de haber defendido a Nosa cuando su rendimiento rozaba el esperpento. Es la clásica veleta en la que se mueve el personal futbolístico con tal de llevar siempre la razón. Yo tengo orgullo, el mismo que me insta a reconocer mis errores o equivocaciones cuando las tengo. Así que quienes pretendían leer en estas líneas un falso autobombo, se equivocaban.
Aún recuerdo el debut del nigeriano en Valladolid. No me desesperó a mí, sino a Mel y estoy convencido que al beticismo en pleno.  Sinceramente, estaba en España como podía estar en Ecuador. No se enteraba de nada. La única solución para ese mal era apostar de verdad por cambiar la poca pinta de futbolista que presentó en su debut. Y con pinta no me refiero a la estética, sino a sus cualidades. Su ritmo pausado, desesperante en determinados partidos. Sus decisiones a destiempo. Su evidente falta de comprensión. Su anarquía en el campo. Todos eran factores que incluso llevaron a muchos que hoy se apuntan el tanto, a pedir su salida del Betis cuando no regresaba de Nigeria.
El tiempo, el único que para bien o para mal pone las cosas en su sitio, nos ha dado otra versión de Nosa. La noche del derbi cambió su vida, así que simple. Desde entonces, ha sido el mejor en leer el ritmo que necesitaban los partidos. El hombre a buscar por sus compañeros. Decisivo en el pase y la recuperación. Hasta el punto de ser indiscutible y una faena su próxima operación.
Pues bien, ahora que ha terminado la temporada para él, es el momento de sacar la conclusión. Y eso haré. Para mí Nosa es un jugador con mucho margen de mejora, que puede ser importante en el Betis de futuro y con cualidades necesarias en esta plantilla. Su fuerza en el choque y la capacidad para aguantar el balón, son virtudes inexistentes en el resto del vestuario. Igual que en su día dije que no tenía pinta de ser un futbolista aprovechable, hoy digo todo lo contrario. Y no pasa nada. La crítica con respeto va unida al análisis diario al que estamos sometidos quienes formamos parte del mundo del fútbol. Pero el matiz, respeto, es importante. Hubo quien no tuvo ni siquiera eso.
 
 
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