Un Sevilla de toda la vida
Un minuto de magia, una hora y media de brega. Sin malas artes, un derroche de corazón sevillista que anuló al Madrid y avergonzó a Mourinho. Con Nervión, desde luego. Sin biris, o pese a ellos. También quienes clamaban contra el Sevilla de ahora gozaron 'de un Sevilla de toda la vida'.
Obra de Míchel —autor de la frase con que titulo este artículo—, que es quien ha liderado esta transformación. Pidió calor y ha devuelto fuego, e incluso se atreve a mirar al futuro y seguir inyectando sangre competitiva en las venas de su equipo. Con razón Del Nido quería hablar de fútbol. Míchel transmitió seguridad y convicción y los futbolistas han creído en su discurso. Quedaba amor propio, y bajó al césped. Solo así podían regresar noches fantásticas como la de este sábado.
Eso sí, toca vigilar para que este Sevilla que ahora irradia sensaciones tan positivas no coma, como Rebeca Buendía, tierra ni cal de las paredes. La intensidad es importante aunque no sea el Madrid el adversario.
"Pueden los que creen que pueden", escribió Virgilio en la Eneida. El trabajo psicológico de Míchel es admirable. Él ha sido el adalid sevillista estos días, un paladín presto a batallar contra el Madrid. Y nadie llegó tarde a la guerra, como nadie se retrasa en las reuniones.
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