Lopera, ¿por qué no te piras?

Que Manuel Ruiz de Lopera hace tiempo que tiene en contra a una buena parte de la afición del Betis es una obviedad perfecta y fácilmente constatable cada quince días en el Benito Villamarín. El famoso 15 J fue la mecha que encendió una movilización que este miércoles al fin recogió los frutos a muchas horas de esfuerzo, trabajo e ilusión, pese a que en muchas ocasiones daba la sensación de que era una lucha contra molinos de viento. Si hace cinco años nos dicen que Lopera iba a perder una votación en la Junta de Accionistas del Betis la carcajada se habría oído de Heliópolis al Fontanal.

No pienso ser tan lunático de jugar a adivino. No tengo una bola de cristal y admito que los/las futurólogos/futurólogas 'tipo Aramis' me dan mucha grima. Así que no diré que con este equipo gestor y la actual situación accionarial, el cuadro verdiblanco va ganar la Liga, la Champions y el Mundialito de clubes de aquí a cinco años. Quien piense eso es un insensato y haría un flaco favor transmitiendo ese mensaje. Que se tienen que mejorar muchas cosas es obvio y que detrás del nuevo proyecto hay gente joven y con ganas, también. Démosles el tiempo necesario para que demuestren si están preparados para hacer crecer al club y de una vez por todas que sea la entidad la que tire de la afición y no al revés. Por suerte, si se asienta este principio de atomización accionarial en el Betis, los consejos de administración podrán ser de quita y pon. Si no se hace bien, se busca otra opción. No hay nada peor en la gestión de cualquier sociedad que el autoritarismo de una mayoría absoluta.
La mayor parte del beticismo no quiere a Lopera. Eso es una realidad que hasta el propio Manuel Ruiz, tan habituado a vivir en una burbuja, se debe dar cuenta. Primero se lo dijeron en el campo, después en la calle y ahora en una asamblea de accionistas, el único lugar donde parecía intocable. El planteamiento es obvio: “Manolo, si ya no eres capaz ni de ganar una votación en la Junta del Betis, ¿qué pintas en toda esta historia?”. Si ya vendiste tus acciones una vez (o al menos dices que las vendiste) por qué no das un paso atrás, te echas a un lado y pones de una vez tus acciones a disposición de los béticos como prometiste entonces (si no te acuerdas, seguro que alguno de tus adláteres te puede buscar en google alguna de aquellas veces que decías a boca llena: “El Betis será de los béticos”).
Lopera, ¿por qué no te piras? No regales las acciones, no sería justo pedirte esto, pero véndelas, quítate de en medio, disfruta como un bético más desde tu sofá y quién sabe si incluso podrás algún día regresar al Villamarín si tu gesto es sincero. ¿De verdad compensa esta batalla contra todo y contra todos? Lopera, vete ya.
Y por último, a Castaño, Manolo. El accionista verdiblanco no pudo cumplir anoche el sueño de su vida. Nada desea más el que fuera consejero del Betis con Lopera que ser presidente del club heliopolitano. Es un sueño sincero. El problema es que eligió fatal el caballo al que debía subirse. No me cabe duda de que Castaño quiere ayudar al Betis, pero equivocó la estrategia. Caso perdido. Aún está a tiempo de dar un paso atrás, admitir su error y unirse a la causa común. Piénsatelo.