Sin palabras

Si alguien con poder quiere el bien del Betis, que pare esto. Que lo haga por los béticos, por favor. Todos esos béticos que están perdiendo años de vida cada año. Todos esos béticos que por un momento soñaron con algo bonito y que se están llevando otra desilusión. La muestra es en el minuto 89: 1-0 abajo, córner a favor y entre Boudebouz y Tello sacaron en corto...

Y el Betis no empató, porque no está para empatar con nadie, ni con la hundida Las Palmas. Con nadie. Así no sólo pierde el Betis, así se va perdiendo beticismo. Por eso, si a alguien le duele, que haga algo ya. Y ese algo está en varios sitios: jugártela con otro entrenador, uno al que le duela el Betis. Dos nombres y un apellido: José Juan Romero. Mirar al palco, porque a este ritmo, como han dicho en más de una ocasión, Haro va a tener que dar un paso al lado. Incluso a Serra, al que ya empiezan a señalar como parte culpable de todo esto.
A este ritmo nos vamos a quedar sin palabras quienes escribimos cómo le va al Betis en sus partidos. Palabras negativas, claro está. Porque la primera parte de los verdiblancos en el Estadio de Gran Canaria fue deprimente. Cómo sería que las redes sociales se llenaron de comentarios sobre los jugadores y una posible cama al entrenador. Es lo que tiene el fútbol y ver jugar al Betis. A este Betis.
Después del desastre copero y de las riñas en el vestuario, supuestamente, de Setién y Serra, se esperaba un equipo con hambre, que mordiera arriba y mucha sangre en las venas. Lo de jugar al toquecito desde atrás ya era secundario. Fue tanta la presión del Betis desde el inicio que en el minuto 2 ya había dado un paso atrás. 
Y Las Palmas, que es lo que es, que está como está, a un ritmo de 10 por hora ganaba la carrera con diferencia. El trote cochinero de los jugadores del Betis era alarmante. En torneos de barrio hay más interés, con todos los respetos a los partidos de barrio. Sólo Joaquín decidió correr más para robar balones. El menos malo, por decir algo.
Guardado tuvo una ocasión clara que fue un oasis perfecto, porque el Betis decidió defender andando. Más o menos lo que decía Setién del Cádiz tras el partido, eso de defender todos atrás y salir a la contra con pelotazos. Y como hay muchos fallos en este Betis, como la defensa, en general, no está trabajado, llegó el gol de Las Palmas. Durmisi se durmió y Calleri batió a Adán. El típico gol que le meten al Betis, otra vez por debajo en el marcador. 

Más de lo mismo

Le dicen a un bético que su equipo podía igualar al sexto y no se lo cree. Lo que estaba viendo no era digno de un equipo que tiene opciones de mirar a Europa. Joaquín sí quería cambiar lo que estaba sufriendo, pero no tuvo suerte en un disparo que rozó Lizoain y acabó en el poste. Una jugada que pudo servir para espolear el Betis... pero no. La misma historia.
Porque fue Las Palmas quien buscó el gol, con Remy como referente. Adán tuvo que sacar varias manos, Setién colocó a Jordi Amat como si fuera Sergi Busquets tras la lesión de Javi García y Boudebouz apareció para mover el saco. En una contra, donde Sergio León decidió no pasar antes la pelota, Tello remató mal. Sin hacer nada, fue una buena jugada para empatar.
Y este Betis, ya sin Amat, expulsado, no fue capaz siquiera de dar un pelotazo por alto, que el balón entrara en el área y asustar a Las Palmas. Nada de nada. Fue el rival quien pudo golpear en varias contras, pero también está para sopita y buen vino. Aunque aquí el que va a la deriva es el Betis. Por favor, por los béticos: que alguien haga algo. Eso de estar a ocho puntos del descenso es un cuento que no se creen ni en China.
 
 

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