Walter: "Cuando supe que me quedaría en el Sevilla lo festejé"

Walter Montoya ha dado un giro de 180 grados a su carrera deportiva. El volante argentino dejaba Rosario Central para cruzar el charco y enrolarse en las filas del pentacampeón de la UEFA Europa League, el Sevilla FC. Un reto que inicia con emoción, responsabilidad y sobre todo, felicidad. El de Machagai ha sido acogido en el vestuario con los brazos abiertos: "Tuve que comprar algo de ropa porque traje poca al llegar. Trabajar con seis argentinos es bonito. La verdad que en lo personal me ayudó un montón. El cuerpo técnico también es argentino y todos son de diez. Estoy feliz".

Walter Montoya rememoró sus inicios futbolísticos en el programa A Balón Parado de SFC Televisión: "El fútbol empezó a los seis años en una escuela. Luego juego un torneo con mi club. Mi padre era de Boca y mi padrino era de River. Estoy orgulloso de representar a Machagai. Todo el día me pasaba jugando al fútbol. Los vecinos siempre escuchaban la pelota golpeando en la pared. Empecé jugando de mediapunta. Cuando fui a Rosario, un día faltó un compañero y me preguntó el técnico si me animaba a jugar en esa posición. Al entrenador le gustó y ya me quedé de '4'. Normalmente jugaba con niños uno o dos años más grandes que yo, espetó el nuevo futbolista del conjunto nervionense. 
Unos inicios de los que guarda gratos recuerdos: "Creo que yo jugaba por las ganas, por diversión y por amor al fútbol. Cuando era pequeño no pensaba en ser profesional. Si no fuera futbolista habría trabajado en la madera. Mi mama es maestra de escuela. Estaba todo el día detrás de mí pero los estudios no eran para mí".
El primer gran paso lo da siendo un niño: "Con 13 años me marché a Rosario. Fue una locura. Lo pensamos y hablamos con la familia, yo era hijo único y fue duro para mis viejos. Fui a una pensión. Todo era nuevo para mí. En los primeros seis meses no salí de la pensión en la que estaba. Era otro mundo y fue durísimo. Ahora llega este momento y te quedan muchas amistades allá. Parecía que estaba en otro país. Rosario es una ciudad grandísima. Mis padres entendieron mi situación y me apoyaron. Siempre estaré agradecidos a ellos. Fueron mi sostén. Me quedé cuatro o cinco años en la pensión del club".
Montoya viajó hasta Francia para probar en un selecto club galo pero optó por quedarse finalmente en Rosario: "Estando en Grifa, el hermano de Gabriel Heinze me ofreció hacer una prueba en el Olympique de Marsella. Estuve 15 días en Francia, luego nos volvimos y me llamaron para que me quedara definitivamente en Francia. Yo decidí no ir y quedarme en Rosario. Ya conocía la ciudad y aposté por quedarme en Rosario Central. También tuve la opción de ir al Cruz Azul de México pero seguí apostando por quedarme en Rosario Central y renuncié a mucho dinero. Me llevo mucha felicidad de Central", valoró el futbolista criado en Chaco.
Su traspaso al Sevilla se 'cocinó' fugazmente: "Se dio muy rápido todo con el Sevilla. Cuando aparece el Sevilla fue algo increíble. Me mantuve al margen para no hacerme ilusiones. Llegó esta gran noticia de la noche a la mañana y fue terrible. No traje nada de ropa. Pasé revisión médica y ahí tampoco sabía si iba a quedarme. Hice el contrato y no tenía problemas en volver a Rosario Central por seis meses. No era malo. Pero cuando me dan la comunicación de que me quedo en Sevilla todo fue increíble. Me lo dijeron Monchi y mi representante y lo festejamos", comentó en tono agradable.
Ahora ya es uno más en el vestuario nervionense y empieza a conocer las costumbres que allí se exhiben: "Cuando hablé con Monchi me dijo que el vestuario era muy bueno. Me recibieron espectacular. Son buenas personas y así es más fácil. Hablo más con los argentinos pero realmente con la mayoría". Un juego inunda las concentraciones del Sevilla: "La verdad que no conocía al parchís. Juegan mucho en las concentraciones, así que aprendí aunque no he jugado aún" (risas).