Nuno y su acordeón: visto lo visto, quiero más

Más allá de sistemas y de dibujos tácticos (luego hablaré de ello), el Valencia CF demostró ante el Real Madrid que cuando quiere sabe competir. Me gusta la idea de que este equipo se amolda a un embarrado y estrecho Ipurúa, que se siente igual de bien y de lo más cómodo ante un Real Madrid campeón del mundo y con la presión añadida de que todos los focos apuntan a sus cogotes. La psicología en el fútbol es la mitad del camino y la otra mitad viene dada por la calidad y el físico: el Valencia creyó, el Valencia salió a Mestalla extra motivado, el Valencia fue a por el partido y cuando te propones algo y lo quieres lo consigues. La confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito. 
Mirad nos hemos cansado de decir que la plantilla es joven, incluso a veces se usó para justificar algunos errores como el cometido en el 2-1 del Levante en el derbi en el Ciutat, pero este equipo crece exponencialmente. La motivación que el equipo mostró el domingo puede con todo. La lucha del partido, el remontar, el sufrir en el último cuarto de hora... todo eso curte, te hace más fuerte. Los jugadores ganaron el partido, es verdad, con su garra hicieron arrodillarse al Real Madrid, pero me voy a poner serio en una cosa: no me gusta la vertiente de opiniones malintencionadas en las que se le resta valor al trabajo de Nuno el pasado domingo. La victoria la lograron los futbolistas... y el entrenador.
Nuno fue valiente, atrevido y le ganó la partida al mejor entrenador del Mundo (dicho recientemente por la FIFA). Apostar por tres centrales a la desesperada ante el Rayo en la Copa para intentar igualar la eliminatoria que perdía por 1-3 se entiende, apostar por tres centrales en Ipurúa con un campo estrecho también tenía su lógica, pero hacerlo ante el Real Madrid, en Mestalla, con delante tres atletas como Bale, Cristiano y Benzema, es de tener personalidad y de lanzar un mensaje de que quiero ganarte el partido. Los tres centrales le dan al Valencia mucho juego ofensivo: le permiten jugar con dos delanteros, le permiten sorprender por banda con dos carrileros ofensivos que corren tal manada de ñus y sobre todo me encantó el engranaje defensivo-ofensivo: El Valencia fue una acordeón.
Una acordeón porque la línea de tres centrales se convertía en cuatro defensas cuando atacaba el Real Madrid: Enzo Pérez ocupaba el puesto de segundo central y Mustafi se convertía en lateral derecho. Así queda Barragán libre para volver loco a Marcelo. Si el Valencia recuperaba el balón, vuelta a empezar: línea de tres atrás, Enzo se convertía de nuevo en mediocentro y Barragán y Gayà a campar a sus anchas por las bandas. Con Enzo en plan imperial, siendo la bisagra, Parejo y André se dedicaban a mover y a hacer jugar al equipo, mientras que Negredo y Alcácer se tienen el uno al otro para generar peligro. Señores, Nuno ha encontrado la variante que tanto le reclamábamos a su 4-3-3, tanto cuesta reconocérselo. La victoria ante el Madrid fue de jugadores extra motivados y... de entrenador valiente. Además, hay que felicitarle por Enzo: por haber logrado que un futbolista que llevaba tres entrenamientos con sus compañeros tuviera una actuación como si llevará cinco años jugando junto a ellos: Nuno dio órdenes de que el vestuario le diera una acogida soñada desde el minuto uno y sobre todo se preocupó de enseñarle todos los secretos de su Valencia con jornadas maratonianas de trabajo individual en Paterna.
Pero parafraseando al técnico portugués: "Yo quiero más". Las cosas salieron bien este domingo, pero hay que seguir mejorando porque si quitamos la variable de la extra motivación que los futbolistas mostraron ante el Real Madrid, ante el Espanyol (no es lo mismo que derrotar al líder) nos queda la variable del fútbol, y en eso hay que mejorar tanto en las marcas defensivas como en jugar mejor al fútbol. Además, llega la Copa y con ella, otra nueva oportunidad para aquellos futbolistas que están teniendo menos protagonismo. De Paul y Orban han marcado el camino al resto (Vezo lo hizo a principio de temporada), ellos se lo creyeron y han dado el salto. Sigo esperando a Yoel y a Rodrigo (aunque se pierde esta eliminatoria por sanción). La Copa del Rey pasa por sus manos y por sus botas. El meta gallego tiene que cerrar su portería: no puede pasar de nuevo que un rival te haga cinco goles y cuatro de ellos en Mestalla; mientras que el delantero hispano-brasileño tiene que volver a ser protagonista. Me decía un periodista portugués este fin de semana (que lo conocía bien) que en ocasiones tiene una mentalidad frágil, que le deben venir de cara las cosas para sentirse cómodo... pues yo le diría a Rodrigo que olvide el pasado, que se centre en el presente que es lo único que tienes en tus manos y que trabaje para reinventarse y así conseguir su máximo potencial de nuevo. El Valencia le necesita sin Feghouli ni Piatti en el próximo mes.