Carta abierta a vosotros, los hinchas

Me dirijo a vosotros, hinchas, porque muchos de vosotros conocíais desde hace tiempo lo que sucedía en el Benito Villamarín, y es más, seguro que algunos consideráis que gritar lo que se gritó a una presunta víctima de violencia machista no deja de ser una barbaridad más de lo que se escucha en los campos de fútbol.

Me dirijo a vosotros porque dirigirse al Club, a la LFP y a las administraciones andaluzas ya lo han hecho otros y porque la fiscalía ya ha actuado en consecuencia denunciando, tarde, los hechos que pueden constituir un delito de apología de la violencia. Pero me dirijo a vosotros porque quiero decir que ocultos en la masa no todo vale, o no todo debería valer.
El cántico jaleado desde hace meses, reproduzcámoslo una vez más: “¡Rubén Castro alé, no fue tu culpa, es una puta, hiciste bien¡" reúne en sí mismo varios estereotipos contra los que llevamos luchando décadas: culpabiliza a la víctima, justifica un delito y contribuye al desprecio de la imagen de la mujer, ¿qué pasa, qué está bien maltratar a una puta?. Pero además viene a corroborar lo que distintos estudios vienen poniendo sobre la mesa: las nuevas generaciones han relativizado la violencia de género y un amplio porcentaje de jóvenes considera justificado los malos tratos y hay que darle la vuelta a eso, no se puede permitir que ese porcentaje crezca más. Los estadios de fútbol son un medio de socialización para miles de jóvenes cada fin de semana que acuden no sólo a ver un partido, sino donde se relacionan con iguales, aprenden y reproducen comportamientos y actitudes, por eso asusta ver la impunidad y la aparente alegría con lo que esto venía pasando.

¿Qué pasa por la cabeza de un padre de familia o de un maestro?

No entra en mi cabeza que, de entre esos miles de aficionados béticos que acudían al campo cada quince días, nadie se escandalizara, me pregunto qué pasaba por la cabeza de un padre de familia que acude con sus hijas al campo y se merienda con esos insultos, me pregunto qué pasaba por la cabeza de un maestro que un viernes está dando clase a sus alumnos y un domingo puede encontrarse escuchando impasible, tal vez sonriendo, o tal vez jaleando esos insultos; me pregunto qué pasa por la cabeza del presidente del Betis Juan Carlos Ollero cuando afirma que la sanción al Betis “es injusta, discriminatoria y oportunista” y a la vez se permite añadir que está haciendo todo lo posible para erradicar este tipo de actitudes, no estoy preparada para tanto cinismo.
Me dirijo a vosotros, hinchas, porque sé que la inmensa mayoría no comparte estos insultos, pero eso ya no vale, hay que romper con ese círculo vicioso de echar la piedra, esconder la mano, mirar hacia otro lado y hacer como que eso no ha pasado. Está pasando cada fin de semana y muchos no queréis que vuelva a suceder.  
Me dirijo a vosotros, hinchas, también porque estoy convencida de que estas cosas se pueden y se deben parar, no ya por lo penal y tras un escándalo, no, de una forma más sencilla: pitad, silvad y gritad más alto, que no se escuche ni un insulto más, que igual que en la masa se esconde la mediocridad, sea la masa la que les retrate, sonrojándoles de tal manera que no se les ocurra volverlo a hacer.
Aurora Roca
Cadena SER-Valencia