¿Por qué los futbolistas no opinan de política?

Algo más de cinco semanas para el 25 M, algo más de cinco semanas en las que habrá que hacer un esfuerzo por encontrar espacio y contar algo que no tenga que ver con las próximas elecciones autonómicas y municipales. Reconozco que espero con mucho interés ése momento, no sé si por deformación profesional o si también, como víctima consumidora de debates y tertulias políticas, me he creído a  fuerza de escucharlo tantas veces que verdaderamente se abre un nuevo tiempo para la política. Un tiempo en el que, parece, se acabará el bipartidismo y veremos los hemiciclos más coloridos de nuestra democracia. Digo parece porque en política una semana es un mundo y cinco ya no quiero ni imaginármelo.

Hace unos meses muchos pensaban que el ascenso de Podemos los situaría como la principal alternativa al gobierno del PP, hoy sin embargo todo apunta a que el soufflé ha bajado algo. Pero es que, hace unos meses, pocos imaginaban que Ciudadanos iba a ser el nuevo partido de moda, algunos podían intuir que UPyD acabaría pagando un liderazgo tan personalista como el de Rosa Díez, pero no sé si esa intuición llegaba a poder pronosticar que incluso un candidato como Toni Cantó se retiraría de la carrera a la presidencia de la Generalitat. Sobre el PP, PSPV, Compromís o Esquerra Unida, en la Comunitat Valenciana de momento son pocas las sorpresas, al margen de algunos nombres de “independientes” que se han sumado al proyecto socialista valenciano liderado por Ximo Puig. Nombres que llegan de otros ámbitos profesionales, como el de Maria José Mira, hasta hace unas semanas directora general de Aerte, la patronal de las residencias, que encabezará la lista autonómica por la provincia de Valencia, o el del  escritor y periodista Fernando Delgado que será el número dos.

No hay futbolistas en las listas

Otros escritores como la finalista del premio Planeta y ganadora del Nadal Carmen Amoraga se han sumado también a esta lista, aunque en este caso, la también periodista es militante del partido y ha sido concejal por el PSPV en Picanya. Fuera de la Comunitat Valenciana, los partidos han buscado también en el mundo de la cultura, han incorporado al poeta Luis García Montero para encabezar la candidatura de Izquierda Unida a la presidencia de la Comunidad de Madrid, o han  designado –no olvidar vía dedazo– a Ángel Gabilondo como el candidato que desde las filas socialistas se medirá a Montero. La cuestión es que en todas estas listas, menos endogámicas, más abiertas con el intento de ser más permeables no vemos a un sólo futbolista, y el caso es que a nadie le sorprende. Y eso que el cartel tendría tirón.

Las excepciones

Salvo excepciones, que si las buscan las encontrarán, no suele ser habitual compaginar militancia futbolística y política, más bien al contrario, lo que solemos encontrar es un regate en toda regla en las contadas ocasiones en las que se enfrentan a la tesitura de tener que pronunciarse públicamente sobre alguna cuestión polémica. Como decía, excepciones las hay, y en ellas catalanes y vascos, por motivos nacionalistas, son los que más se han mojado. Lo han hecho a pesar del aluvión de críticas que le llovieron, por ejemplo, a Gerard Piqué por expresar su posicionamiento a favor de la pasada consulta soberanista del 9-N. Críticas que no recibiría cualquier otro profesional que, al margen de su vida laboral, osase a opinar de algo tan sustancial como es la política.
Los que ejercen de censores señalan que no es bueno mezclar fútbol y política pero ¿acaso la política no es todo?, ¿acaso no es la política la que permite a los clubes endeudarse o recalificar terrenos para construir estadios?, ¿acaso no están los palcos llenos de políticos?, ¿acaso no se utiliza la victoria en un mundial de la selección española como principal imagen de la “marca España”?  así, podríamos seguir añadiendo argumentos, como por ejemplo que se ha legislado en materia fiscal a favor de determinados equipos de fútbol: es lo que sucedió con la conocida ley Beckham reformada hace poco que buscaba no ahuyentar a estrellas internacionales debido a la presión fiscal que debían soportar estos supercontratos.Además, en los últimos meses una de las nuevas formaciones que parece tendrá capacidad para influir en materia legislativa, Podemos, ha propuesto, aunque todavía no ha concretado, que se plantea fijar un salario máximo anual, que como ustedes supondrán, queda muy por debajo de lo que suele cobrar un Casillas, un Xavi o un Iniesta…al mes, así que intuyo, que algo se les debe pasar por la cabeza.
Algo se les debe pasar también por la cabeza cuando de lo que un club le paga a sus estrellas más del 50% se lo lleva hacienda, me gustaría saber si les importa cómo se invierten sus impuestos. No estaría mal tampoco, de cara a estos próximos comicios saber cuántos han llevado a cabo los trámites necesarios para poder votar por correo, ya que habrá muchos que ese 25 de mayo no estén en su ciudad de residencia.
Porque al final, cuando esos mismos jugadores piden el apoyo de la grada, esa grada está compuesta por miles de individuos quienes, aunque durante noventa minutos sean capaces de aunar sus voces para levantar incluso un mal partido, cuando pita el árbitro vuelven a ponerse la chaqueta para salir a buscar trabajo, o para buscar un colegio público cerca de su casa, o uno privado porque los públicos no ofrecen ese inglés que considera tan necesario, o se desesperan en las urgencias de un hospital, o han tenido un buen día porque le han bajado la tasa de autónomo, en fin viven la vida que todos vivimos y en la que no vemos moverse a las estrellas.
Su mundo es otro, sí, pero eso no quita para que no conozcan cómo se vive por debajo de su atalaya. Seguro que tienen primos, amigos, a veces los hemos visto salir en anuncios con ellos, algo que les hace más cercanos, pero a la hora de mojarse, sálvese quien pueda y el clásico “yo de política no opino”. Desde luego que con esto una no intenta censurar a quien no se pronuncia, desde luego que tengo el mayor respeto a esos silencios meditados, porque allá cada uno con lo que decide manifestar públicamente. Simplemente considero que el retrato está incompleto. Asumo que el fútbol de primer nivel es sumamente capitalista y reconozco con sinceridad que creo que la mayoría de futbolistas ni sienten ni padecen en este tema, por no decir que tengo la sensación o prejuicio de que la gran mayoría son de derechas.

De verdad que tenemos seguir escuchando a Pablo Iglesias y su cuadrilla?Alguien confía en ellos?Ya tenemos bastante con lo que tenemos
— Roberto Soldado (@R9Soldado) noviembre 22, 2014

Pero sí que lamento que una vez que se pronuncian se les censure, me gustó leer a Roberto Soldado opinar sobre Pablo Iglesias y Podemos, y creo que como a mí, a muchos de nosotros no nos importaría saber que detrás de la estrella está o no el hombre corriente.  
Aurora Roca
Cadena SER