Es Noticia
La temporada de un 'crack' cualquiera
  • Mi perfil
  • Salir

La temporada de un 'crack' cualquiera

DMQ
Foto autor
Miguel Á. Vara
Las presentaciones de los futbolistas desatan pasiones entre los aficionados y periodistas y algunos como Rafinha sí que responden a las expectativas
Las presentaciones de los futbolistas desatan pasiones entre los aficionados y periodistas y algunos como Rafinha sí que responden a las expectativas

Desconozco quién la acuñó pero la frase "desde que se inventaron las excusas se acabaron los errores" es, posiblemente, la que mejor resuma buena parte de la actividad futbolística que va de la mano entre el periodismo deportivo y la realidad. Los hemos leído mil veces, pero este año habrá un titular mil y uno repitiendo lo mismo para intentar justificar lo que muchas veces es injustificable. Un buen amigo, director deportivo durante muchos años, me recordaba recientemente que, cuando un fichaje no rinde, los palos se reparten entre el que lo fichó, que claramente se ha equivocado, y el entrenador, que no le sabe sacar partido, pero nunca se apunta al jugador como culpable de la situación. Se da por hecho que el futbolista nunca tiene la culpa y en esa comodidad puede pasar una temporada y otra, sin excesivas preocupaciones. Seguro que a todos nos viene a la mente algún ejemplo claro, pero sin necesidad de personalizar, haremos un relato de fútbol ficción, o no, de lo que puede ser la temporada de un crack veraniego que acaba en bluf primaveral.

Todo empieza con un nombre, muchas veces desconocido para la gran mayoría, que de repente irrumpe en nuestras vidas con virulencia inusitada. ¿Cómo es posible que hayamos vivido tantos años sin estar al tanto de los regates eléctricos del jugador X, sus disparos envenenados o su potente dominio de la zona ancha? Cualquier aprendiz de analista con conexión a internet se pondrá pronto al día gracias a tres vídeos de youtube que le catapultarán a la categoría de experto y opinará con convicción de las muchas virtudes del crack que está al caer. Me sorprende la capacidad de la gente para estar al día de todas las ligas, de todos los países, en casi todas las edades… aunque no se televisen esos partidos y no haya horas suficientes en tres vidas para ver tantos encuentros. Pero el caso es que todos son muy buenos pues, una de las características principales del nuevo-analista-especialista es que no hay fichaje malo. Cualquiera que se desempeñe más allá de nuestras fronteras tiene una valoración mayor ya de serie.
En este caldo de cultivo aumenta la expectación, o no, hasta alcanzar el clímax en el momento de abrirse las puertas del aeropuerto y que por ellas aparezca, a veces sin que se le reconozca, ese fichaje-salvador que va a hacer época en nuestro querido club. Casi siempre con gorra y empujando una ristra considerable de maletas, el ídolo entra en nuestras vidas y se le coloca la imprescindible bufanda, de gruesa lana aunque los termómetros marquen 38 grados. No importa, el detalle de la bufanda es imprescindible, así como la imagen entrando al coche que lo recoge en el aeropuerto. Es muy importante que veamos cómo sube, cierra la puerta sin ayuda y, momento cumbre, nos saluda a través de la ventanilla con un gesto cómplice pulgar en alto o con dos dedos victoriosos. Con ese aval, ¿cómo no va a ir bien la cosa?
Las tradicionales imágenes con el tubo en la boca, la redecilla por el cuerpo en la camilla tumbado y unas zancadas en la cinta de correr nos confirman en unos segundos que sí, que el chaval es un cañón y que con esa materia prima es imposible que no domine el fútbol mundial. Llegados al momento de la verdad, el trascendental primer entrenamiento, los titulares ya están puestos de antemano "Impresiona", "Está hecho un toro"… o uno de mis favoritos "Sus compañeros alucinan con él", pues claro, sus compañeros son unos pazguatos que nunca habían convivido con un prodigio de la naturaleza como él.

La pretemporada es el periodo en el que todo vale, cualquier detalle se eleva a la categoría de noticia, con especial incidencia de cualquier aparato de última generación que mida variables hasta ahora desconocida. Lo mejor es que al no haber puntos de por medio, los amistosos se mueven entre vamos "por el buen camino", si se ha ganado, y el clásico "llevamos mucha carga de trabajo" cuando se pierde, aderezado por el resto de las excusas tipo "perdimos pero dimos buenas sensaciones", "por encima del resultado hay cosas positivas" o "lo importante es no tener lesiones". Con ese nivel de exigencia, el futbolista ya va entendiendo que el manual funciona y así sobrevive mes y medio hasta que empieza el fuego real donde, aunque se hayan perdido todos los partidos anteriores "vamos a cambiar el chip", que no sé muy bien si tienen esa capacidad, por qué no lo han cambiado antes.
Comienza la competición y el problema es para el entrenador, el superfichaje X no es mejor que sus competidores en el mismo puesto pero… "la afición quiere verlo" y, claro, no es entiende que teniendo un supercrack mundial como él, no lo ponga. Por fin llega el momento de verlo jugar y, aunque su actuación sea intrascendente, siempre habrá quien vea "detalles de superclase" o bucee más en su actuación para destacar que "domina el fútbol que no se ve", con lo que al resto de los mortales que sólo apreciamos el que se ve, nos dejan en un plano de inferioridad incapaces de valorar "el otro fútbol, que es muy importante". El caso es que tras varias actuaciones decepcionantes, la grada que no es tonta se inquieta con míster X y éste que no es tonto, empieza a echar mano del entorno. Se da que, aquellos periodistas que dieron su fichaje en portada o lanzaron la primera entrevista en su radio desarrollan una empatía con el personaje, como obligados a que éste funcione, y justifican cualquier cosa. Eso pasa, está pasando.
Empiezan a deslizarse noticias sobre si "el entrenador no acierta con su posición", pues todos hemos visto cientos de partidos suyos en su anterior club y sabemos de sobra que "debe jugar 10 metros más atrás y con un pivote de corte defensivo que le libere". El caso es que lo que todos vemos, el técnico no acierta a plasmarlo y, cuando se duda del fichaje, aparece la noticia de impacto: "El Chelsea (o la Juventus…) viene a por X". Así, sin más. Ese jugador que en nuestro equipo no rinde resulta que, cuanto peor juega, más ofertas tiene. Curioso. Obviamente, esas ofertas filtradas nunca llegan y cuando el fulgor de la estrella se va apagando aparece una lesión salvadora. Con esto evitamos que cada rueda de prensa se pregunte cómo el fichaje no juega o se inquiera al futbolista para saber si le duele su suplencia.
Los meses pasan y el equipo navega sin su incorporación estelar, ¿cómo es posible? Aderezamos la espera con un par de reportajes viéndole machacarse en el gimnasio, la piscina… hasta que el sol vuelve a salir en nuestras vidas al leer: "X pisa el césped". Ahí está, dispuesto a endulzar nuestras vidas de nuevo. Cuando leemos lo de que "no hay que tener prisa con su vuelta" o el equivalente "por volver una semana antes podemos recaer y perder dos meses" es que realmente no hay mucha necesidad de que juegue, pero tampoco hay que decirlo tan crudo. El chico tampoco fuerza, que estamos en diciembre, hace frío y las vacaciones están al llegar. Con el nuevo año, es imprescindible el titular: "X es el fichaje de enero" o el sucedáneo "X es el regalo de Reyes". Total, que el crack "ya está de vuelta" y aprovechando una eliminatoria copera ante un Segunda B, su entrenador lo saca media horita con 3-0 ganando. En ese ambiente tan duro, es capaz de completar cuatro pases y "pisar área rival con peligro" con lo que ya no hay duda de que, esta vez sí, el mundo del fútbol debe prepararse para una irrupción biónica.

Cualquier explicación, por peregrina que parezca, vale para justificar un fichaje fallido

El "lógico periodo de adaptación" del que nadie nos había advertido en el momento que pisó el aeropuerto, ya se ha cumplido y tras cinco meses de nada, nuestro crack acude raudo a salvar al equipo, que por cierto funciona muy bien sin necesidad de salvador. Pero el entrenador, ése gran enemigo, no le acaba de dar la titularidad en Liga y, cuando lo hace en la vuelta copera, "es una humillación hacerle jugar con canteranos (que todos sabemos que sí merecen ese trato) en un partido intrascendente". No sólo eso, si no ha brillado es porque ha jugado "rodeado de jugadores sin ritmo (no como él que llega tras dos meses lesionado) y así es imposible". Salpicado con algún mal gesto y declaraciones "comprensibles en un crack acostumbrado a jugarlo todo en su país y aquí es suplente", el tiempo pasa y todos tenemos la culpa de cortarle las alas a un jugador "que estaba a las puertas de su selección cuando vino aquí". Por cierto, ¿de qué tamaño deben ser las puertas de una selección para que quepan tantos jugadores ahí?
Como la realidad es la que es y la gente no es tonta, cuando el crack  aparece en la alineación y no se ve lo que se prometió, comienza el murmullo cada vez que toca la pelota y ralentiza el juego de manera desesperante, aunque siempre leeremos  que "en su país jugaba así" como verdad suprema. Si es un delantero y no ve puerta, la culpa puede ser "de que no entienden su juego, no leen sus desmarques" o quizás que él es "un nueve rematador y aquí no hay quién le ponga un balón en condiciones". El caso es que agua y aceite no casan y aunque en los últimos meses de competición un día nos desayunemos con el esperanzador titular: "Quiero una oportunidad", reclamando el crack X su verdadero lugar en el equipo, el caso es que llegará esa oportunidad y otra y otra…y la pelota no entra.
Lo que hace nueve meses era el negocio del siglo, "el siguiente pelotazo", termina siendo un bluf que, eso sí, siempre dará una última entrevista en la que recopilaremos excusas: "No tuve oportunidades", "el entrenador no entendió mi juego", "la lesión me frenó en mi mejor momento"…y leyendo entre líneas quizás aparezca una mínima autocrítica: "No se ha visto al auténtico X". Pero sí, realmente sí se ha visto al auténtico X y, para no seguir viéndolo, el club intenta recuperar parte de su inversión. Más vale perder que más perder, así que la puerta del aeropuerto que ahora se abre es la de ‘Salidas’ y el crack mundial empuja sus maletas hacia un nuevo destino donde sí entiendan su juego.
Como el fútbol es tan generoso, la capacidad de encadenar malas temporadas y seguir teniendo equipo es a veces ilimitada y sí, en algún lugar del mundo un periódico vuelve a imprimir en grandes caracteres el nombre de X, el fichaje estrella del club X, que es más listo que los demás y ha visto en este mal año una "oportunidad para recuperar su verdadero nivel". Y la expectación crece ahora en otro punto del mundo, donde un coche de club espera ya a las puertas del aeropuerto de Estambul, Moscó, Doha o Pekín porque, sí amigos, el balón sigue rodando y el sueño de míster X ha cambiado y "desde pequeño siempre fui seguidor de este club". Se viene tremendo fichaje y recuerden, lo leído es un relato de ficción y todo parecido con la realidad es mera coincidencia.

0 comentarios
Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta

Información básica de Protección de Datos:
Responsable de los datos: El Desmarque Portal Deportivo, S.L.
Finalidad: con la que se tratan sus datos personales: gestión de comentarios en el blog.
Derechos que le asisten: podrá acceder, rectificar y suprimir los datos, así como revocar la autorización para el tratamiento de los datos, ejercitar los derechos de limitación, portabilidad, y a no ser objeto de decisiones automatizadas dirigiéndose por escrito a la dirección: legal@eldesmarque.com.
Información adicional: puede consultar la información detallada en el siguiente enlace: https://www.eldesmarque.com/politica-de-privacidad (apartado “Gestión de comentarios en foros y blogs”).

Cancelar

Cargando

Has preferido rechazar las cookies, regístrate para acceder al contenido

El registro permite navegar rechazando el aviso de cookies, pero no implica dejar de recibir publicidad ni acceso a contenido o ventajas exclusivas. Si ya estás registrado, haz click aquí para acceder.

Recuerda que tienes la opción de aceptar las cookies para acceder al contenido sin registrarte