El Grupo III, posiblemente, el más duro de Segunda B

Hubo un tiempo en que la Segunda B era una categoría más que profesional, en la que un futbolista podía ganarse la vida y solucionarse el futuro sin militar nunca en una categoría superior. Había dinero, en A y en B, como en todos los sectores del país. Los constructores de cada zona, los empresarios del momento que se veían con unos cientos de millones en el bolsillo se daban el gustazo de meterse en un club y a base de talonario se confeccionaban plantillas en Segunda B que hoy, sin ningún problema, competirían en Segunda por ascender a Primera.

El nivel de los grupos tercero y cuarto, el valenciano-catalán y el andaluz, eran tremendos y la competición más que vibrante. Se juntaban en un grupo los mejores Levante, Elche, Hércules, Castellón, Murcia, Cartagena, Sant Andreu, Sabadell, Girona, Terrassa…o un Valencia B que jugó dos promociones de ascenso. En el grupo IV competían por las cuatro plazas de promoción los Málaga, Córdoba, Granada, Jaén, Cádiz, Xerez, Almería, Écija, Recreativo de Huelva…Tal era el nivel que por ejemplo en la 98-99 el llevanteud.com presentó la que, posiblemente, fue la mejor plantilla que se ha visto en la categoría con hasta 12 jugadores que pasaron por Primera y todos por Segunda, antes o después de vestir de granota.

Nadie pensaba irse al extranjero

Sin duda, eran otros tiempos en los que prácticamente nadie pensaba en irse a jugar al extranjero porque aquí se cobraba muy bien y hasta la clase media de los clubes de Segunda B pagaban contratos más que interesantes. Pero llegó la crisis, desaparecieron los constructores, cerraron las empresas, el dinero público cerró el grupo, las televisiones autonómicas también…y la Segunda B entró en una crisis tremenda.
Así, salvo casos muy excepcionales como el actual Cádiz o, el año pasado, el Oviedo o el Nàstic, los presupuestos son muy bajos y ser mileurista es lo habitual en la categoría. Los filiales, encuadrados en los presupuestos de clubes de Primera, suben el nivel de los salarios y también de la calidad de los jugadores de Segunda B, pero en general el panorama ha perdido mucho atractivo para el gran público, cada vez más pendiente de la televisión donde casi a diario juega algún grande la Liga o la Champions.

Hasta seis filiales

Pero como el fútbol es tan grande, el que quiera, encontrará motivos para engancharse al Grupo III en esta campaña 15-16 que consume sus primeras jornadas. ¿Por qué? Pues porque se dan varias circunstancias que lo hacen peculiar, por ejemplo, por tener hasta seis filiales juntos, cuatro de equipos de Primera. Junto al Villarreal B arrancando líder y ganando sus cuatro primeros partidos están el Levante B, el Mestalla, el Espanyol B y el recién descendido Barça B, que es el que peor inicio ha tenido con el exvalencianista Gerard López como entrenador.
Además, la Pobla de Mafumet, filial del Nàstic de Tarragona, también milita en este grupo, que consigue reunir a muchos e interesantes jóvenes jugadores que integran los filiales.
Y eso que la pasada campaña descendieron los filiales de Elche y Zaragoza si no, el Grupo III se habría convertido poco menos que en una liga de filiales y habría que ver si en la historia de la categoría se han juntado en un mismo grupo tantos segundos equipos.

Scouts de media Europa en España

Pero el atractivo del grupo no sólo se centra en los filiales, aunque scouts de media Europa vienen cada fin de semana para ver a las jóvenes promesas de nuestro fútbol que, quizás, el próximo verano sigan los pasos de Aleix García, el chico que el año pasado disputó sólo siete partidos en el filial del Villarreal (y uno con el primer equipo) y por el que el Manchester City ha pagado tres millones de euros este verano.
Otro de los grandes atractivos del grupo es tener cuatro clubes históricos que han pasado por Primera, casos del Alcoyano, el Hércules, el Lleida y el Sabadell. Sólo en el grupo primero se juntan más equipos con pasado en Primera, en este caso el Racing de Santander, el Pontevedra, el Compostela, la Cultural Leonesa y el Burgos, si no tenemos en cuenta las refundaciones y cambios de nombres que ha sufrido la institución, caso similar al del Logroñés. Entre los cuatro clubes del grupo III que pasaron por primera suman 40 temporadas en la máxima categoría y eso que falta un histórico al que todos echamos de menos, como mínimo, en la categoría de bronce: el CD Castellón. En el Grupo IV encontramos cuatro exPrimera (Cádiz, Real Murcia, Jaén y Recreativo), mientras que en el segundo sólo pueden presumir de ello el Arenas y el Real Unión.
Para completar el atractivo del grupo, otros tres equipos pueden presumir de haber militado en Segunda A: Hospitalet, Eldense y Atlético Baleares y, junto a ellos, equipos que han estado a las puertas de hacerlo, especialmente el Huracán Valencia, con dos finales disputadas en los tres últimos años. Pero la falta de dinero en la categoría (en general en todo nuestro fútbol) ha propiciado un fenómeno que beneficia a clubes más modestos pues les permite confeccionar, con poco dinero, plantillas muy interesantes. ¿Por qué? La explicación reside en que hace años, los futbolistas de Segunda B cambiaban de grupo sin mucho problema pero ahora son pocas las entidades que pagan lo suficiente como para que al futbolista le dé para costearse un piso de alquiler y, si tiene que mover a la familia, hacer mudanza, pagar colegios a los hijos…es imposible que los 1.500 euros al mes compensen.

Mil euritos

Con esto, muchos jugadores que salen de las mejores canteras, se quedan por su tierra jugando pues es mejor llevarse mil euritos estando en casa que ganar el doble en la otra punta de España con los gastos que supone. Así, en provincias como Barcelona, con dos de las mejores canteras del país, hay un gran número de jugadores que han pasado por el fútbol base de Barça o Espanyol y que ahora integran planteles como el del Cornellà (4 victorias en los primeros 4 partidos), el Badalona o el tarraconense Reus. Si se tiene tino a la hora de firmar, el potencial de estos jugadores les permite plantar cara a los históricos de la categoría.
Con todo, entre filiales potentes, históricos con ganas de reverdecer laureles y clubes emergentes que hacen bien las cosas, no es aventurado catalogar el Grupo III como el más difícil de la actual Segunda B. De hecho, meterse en las primeras cuatro plazas es objetivo de, al menos, diez de los equipos aunque no todos lo reconozcan abiertamente. Cuando en junio finalicen las promociones de ascenso veremos quiénes consiguen el objetivo, aunque es evidente que serán muchos más los que no lo logren pero, en el camino, merece la pena acercarse a los estadios de la categoría a saborear la esencia de un fútbol más auténtico, más cercano, más de carne y hueso y que bien haríamos en mostrarle a todos los chavales que arrancan en el fútbol base pues, la realidad nos indica que su futuro es mucho más probable que esté aquí que no junto a Cristiano y Messi quien, por cierto, debutó en la 2003-04 en este Grupo III de Segunda B con 16 años.
Miguel Ángel Vara