Happel, quizás el mejor técnico de la historia

Si hacemos una lista de entrenadores que han ganado la Copa de Europa con dos clubes distintos, el número de afortunados se reduce a cinco. Si cruzamos esa lista con otro logro como es el haber sido campeón de Liga en cuatro países distintos, nos quedamos sólo con dos técnicos. Si añadimos, por ejemplo, el haber sido seleccionador nacional y disputado una final de Mundial, ya hablamos de un solo preparador, sin duda, uno de los mejores que jamás se haya sentado en un banquillo.

Si el fútbol son resultados, todos los logros anteriores serían suficientes para elevar a los altares deportivos al elegido, pero si rascamos un poco más en esa superficie ya exitosa y comparamos los clubes con los que cada entrenador ha logrado estos títulos, el debate se termina con un vencedor indiscutible. Para la mayoría de aficionados españoles, hablar de Ernst Happel es hacerlo del estadio en el que la Selección inició su andadura triunfal ganando la Eurocopa de 2008, pero en ciudades como Rotterdam, La Haya, Hamburgo, Lieja, Viena, Innsbruck o Brujas, al hablar de Ernst Happel, los seguidores se ponen en pie. 
Para la mayoría de aficionados españoles, hablar de Ernst Happel es hacerlo del estadio en el que la Selección inició su andadura triunfal ganando la Eurocopa de 2008, pero en ciudades como Rotterdam, La Haya, Hamburgo, Lieja, Viena, Innsbruck o Brujas, al hablar de Ernst Happel, los seguidores se ponen en pie.
 
 
 
 
Fallecido en 1992 a los 66 años, víctima de un largo cáncer consecuencia de su letal afición a los cigarrillos, a Happel le dio tiempo a labrarse una carrera en los banquillos que de momento sólo Jose Mourinho (vencedor de dos Champions con dos clubes diferentes y de Ligas en cuatro países diferentes) ha logrado igualar. Eso sí, si el portugués levantó la orejona con el Oporto y el Inter de Milán, el técnico austríaco logró hacerlo con dos equipos menores, el Feyenoord y el Hamburgo. Además, lo hizo con la mayor diferencia de años (13) entre ambos entorchados. Ese selecto club de entrenadores con dos Champions con clubes distintos lo completan Ancelotti (tres títulos con Milan (2) y Chelsea) y los alemanes Heynckes (Bayern y Real Madrid) y Ottmar Hitzfeld (Borussia Dortmund y Bayern).
Grandes técnicos como Guardiola o Benítez de momento no han logrado esta distinción, otros como Simeone, Pellegrini o Wenger, aún no consiguieron ni siquiera un título, lo que pone en valor el mérito de los anteriormente mencionados y está por ver quién es el primer entrenador que mete en sus vitrinas tres Copas de Europa con tres equipos diferentes. Mourinho estuvo cerca con el Chelsea y el Real Madrid, pero más cerca estuvo Ernst Happel que disputó una tercera final con un tercer club, el Brujas belga, que cayó derrotado en Wembley en la campaña 77-78 ante el Liverpool (1-0). Dada la entidad de los equipos con los que fue conquistando Europa, pocos podrán discutir la grandeza del estratega nacido en Viena.
Si el palmarés internacional de Happel es impresionante, podía haberlo sido mucho más si la fortuna le hubiera acompañado en cuatro finales más en las que cayó derrotado. La más recordada, la del Mundial del 78, la de Kempes conquistando el mundo ante una Holanda huérfana de Cruyff pero con Ernst como seleccionador. Sólo la madera y una prórroga separaron al técnico austríaco de una Copa del Mundo que le habría situado en el indiscutible primer puesto en el ranking de entrenadores. Además, a nivel de clubes, Happel vio como se le escapaban grandes títulos en otras tres finales, la mencionada de Copa de Europa ante el Liverpool y dos más de Copa de la UEFA. La primera, con el mismo Club Brujas y ante el mismo rival, el Liverpool, sólo dos años antes. Los belgas cayeron 3-2 en Anfield y en una trepidante noche de mayo de 1976 el 1-1 final del partido de vuelta no les sirvió para levantar un título al que se habían hecho acreedores tras eliminar al Milan, el Hamburgo, la Roma, el Ipswich y el Olympique de Lyon. Entonces, la ahora Europa League tenía un nivel temible.
Años más tarde, repetiría la misma secuencia con el Hamburgo: primero perdería la final de la Copa de la UEFA para ganar la de la Copa de Europa poco después. En este caso, caería en otra final a doble partido en 1982 ante el IFK Goteborg de un jovencísimo Sven-Goran Eriksson, pero saldría campeón con los alemanes un año más tarde. En una final disputada en Atenas, un gol de Felix Magath le dio a Happel su segunda Copa de Europa ante la Juventus de otro mito de los banquillos: Trapattoni, que aparece junto al técnico austríaco en el ranking de haber logrado Ligas en cuatro países diferentes. En aquella edición, Happel eliminó en semifinales al representante español, la mejor Real Sociedad de la historia, mientras que en su anterior comparecencia en una final de la actual Champions, con el Brujas, había apeado al Atlético de Madrid, que a punto estuvo de remontar el 2-0 en contra que se trajo de Bélgica, pero al que un gol de Raoul Lambert dejó el 3-2 final. Por cierto, algún día hablaremos como merece de Lambert, mito total en la localidad flamenca pues sólo defendió esa camiseta, durante 18 temporadas y firmando 216 goles ligueros.
Pero la historia de éxito de Happel en la Copa de Europa se inició haciendo campeón a otro equipo que no ha vuelto a repetir logro, como sucedió luego con el Hamburgo. Hablamos del gran Feyenoord que en 1970 inició el periodo de dominio neerlandés en el continente que después ampliaría el Ajax. Esta vez, la prórroga sí le sonrió al técnico austríaco, que vio como el séptimo gol en aquella edición del goleador sueco Ove Kindvall le daba la Copa de Europa a la escuadra de Rotterdam en el minuto 117. Era su primer gran éxito internacional en los banquillos en una carrera que, por cierto, también tuvo una etapa en el Sevilla, con el que no pudo replicar los éxitos que sí cosechó por toda Centroeuropa. Por ejemplo, su primer título en los banquillos lo levantó con el modesto ADO Den Haag (La Haya), con el que fue campeón de copa holandesa en 1968. Eso le valió para dar el salto al Feyenoord y a partir de ahí su historia se cubrió de oro.
Si meritorios fueron sus éxitos en competiciones continentales, cabe recordar que a nivel de torneos locales también hizo historia al levantar torneos ligueros en cuatro países diferentes, siendo sólo cuatro los entrenadores que pueden presumir de ello en Europa. Junto a Happel, lo han logrado Mourinho (Portugal, Inglaterra, Italia y España), Trappatoni (Italia, Alemania, Portugal y Austria) y el indiscutible líder en esta clasificación, el fallecido Tomislav Ivic, que ganó Ligas en hasta seis países diferentes: la extinta Yugoslavia, Francia, Holanda, Grecia, Bélgica y Portugal. También fue capaz de ganar seis torneos coperos, uno de ellos en España con el Atlético de Madrid, aunque en aquella final fue Santos Ovejero quien se sentó en el banquillo.
El sendero de gloria de Happel se completó con títulos ligueros en su país, donde ya había sido campeón como jugador, tanto con el Rapid de Viena como con el Tirol de Innsbruck. Entre su primer título liguerp en Austria (1960) y el último en 1990, pasaron nada menos que 30 años. En medio, cientos de episodios de éxito como más torneos ganados con el Standard de Lieja, al que también hizo campeón de Liga. En total, a nivel nacional sumó nueve ligas en cuatro países diferentes y cuatro copas en tres países distintos, además de las dos Copas de Europa y una Copa Intercontinental. Sin duda, en el panteón de los grandes del banquillo, Ernst Happel ocupa un lugar más que preferente, discutiéndole el sitio a cualquiera de los tan mediáticos técnicos actuales de los que le separa una distancia del tamaño de un campo de fútbol, que por supuesto en este caso sería el histórico Prater de Viena, renombrado en 1992 con su nombre.