Cuestión de liderazgo

Si algo caracteriza la montaña rusa que está teniendo por temporada Valencia Basket es la ausencia de un líder. El rol de jugador franquicia, el elegido para jugarse los últimos tiros, el hombre del clutch time que dirían en la NBA... En definitiva, un líder perdido tras las salidas de Justin Doellman, MVP de la pasada ACB, y de Oliver Lafayatte. Con el movimiento del mercado centrado en reforzar la pintura, parecía que toda la responsabilidad ofensiva de esta temporada en Valencia Basket iba a recaer en Romain Sato. La lógica, al menos, invitaba a ello. Además del currículum que tiene Sato (once títulos en Italia, una Euroliga, dos campeonatos griegos y una Eurocup), el centroafricano fue elegido como Mejor Alero de la ACB la campaña pasada. Sato, renovado, era el líder de Valencia Basket casi por defecto.

Pero no está siendo una temporada fácil para Sato. Quizás por la alta exigencia que imprimía hasta el momento Velimir Perasovic, quizás por no encontrarse fino físicamente o simplemente por la mala racha del equipo, el nivel de Sato ha bajado. De promediar 12,5 puntos, 5,9 rebotes y 13,4 de valoración la campaña pasada a sumar 9,1 puntos, 3,6 rebotes y 9,5 de valoración. Ha combinado actuaciones de nivel con partidos en los que ha pasado desapercibido. El hombre llamado a liderar a Valencia Basket en la Euroliga y en la ACB había bajado el pistón. Pero si algo tiene Romain Sato es, simplemente, que es Romain Sato.
Ante Nancy, Valencia Basket se jugaba más que la victoria. Si el partido caía del lado taronja también lo hacía la clasificación para los octavos de final de la Eurocup. Si Nancy se llevaba el triunfo, Valencia Basket decía prácticamente 'adiós' a la competición. El encuentro se complicó más de lo esperado. Nancy resucitó gracias a Randal Falker (15 puntos, 9 rebotes) y a Vaughn Duggins (15 puntos). El triunfo para los de Carles Durán estaba más caro que nunca. Pero ahí estaba Romain Sato.
No fue su mejor partido, no se le vio prácticamente cómodo en ninguno de sus 25 minutos en pista, pero cuando había que anotar, allí estaba él. Valencia Basket tenía que sumar puntos a su casillero si no quería verse casi fuera de la Eurocup y la responsabilidad cayó en Sato. Primero se levantó con la mano de Duggins en la cara para anotar una canasta de dos que todos cantamos como un triple. Pisaba, eso sí. Y luego besó suavemente el tablero con el balón para encontrar el aro en un tiro que daba vida a Valencia Basket. Cuatro puntos consecutivos que demostraron la importancia de Sato en este equipo.
Fueron sus segundas y últimas canastas en juego desde la que anotó en el primer cuarto, pero en eso reside la grandeza de estos jugadores. Esos elegidos para jugarse los últimos tiros, los hombres del clutch time que dirían en la NBA... En definitiva, de los líderes.
Carlos Martínez
Periodista y comentarista de RadioEsport