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Mi duda con Amadeo Salvo

Mi duda con Amadeo Salvo

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Foto autor
Eduardo Esteve
Salvo pensó en la afición. (Foto: David González)
Salvo pensó en la afición. (Foto: David González)

Hoy me apetece escribir de Amadeo Salvo. Ahora que ya no esta. Con la tranquilidad una vez pasada la vorágine de las dimisiones. Lejos de filias y fobias. Y sin esperar nada a cambio.

Si algo tiene Amadeo es carácter. Lo ha demostrado en los dos años que ha estado al frente del Valencia CF. Un carácter que le llevó a enfrentarse a políticos y bancos desde el primer minuto en el que ocupó la presidencia según él "por el bien del club de sus amores". Y yo le creo.
He de reconocer que al principio me generaba demasiadas dudas. La irrupción de un personaje en la escena valencianista con la fuerza con la que lo hizo él puede llevar a ello. Veníamos de un perfil más bajo de presidente (véase Llorente) que se mostraba feroz con los que sentía inferiores y dócil con los que entendía que estaban por encima. Era un momento en que la afición necesitaba un líder. Y apareció él. Me recordó mucho a Paco Roig, y aunque mantenga una buena relación con este último, es quizá por eso que albergaba muchas dudas en un primer momento. Paco, a quien conozco bastante bien, es un artista en el arte de la palabra. Es de esos que le da la vuelta a tu argumento y acabas creyendo a pies juntillas lo que te dice aunque sepas que no lleva razón. Y en esto Amadeo tiene mucho en común.
Es cierto que a su llegada lo primero que intentó fue refinanciar la deuda con Bankia para que el VCF no cayera en manos de lo desconocido. Algo a lo que la entidad bancaria se opuso, según ellos, al no creerse el plan de refinanciación que tanto él como Aurelio Martinez les presentaron. Ahí comenzó la batalla. Nos hizo creer a todos que el banco y los políticos eran nuestros enemigos cuando la realidad es que aún hoy, Bankia está presente en el club porque lo que a él le negaron (la refinanciación) sí se la dieron a Peter Lim. Puede que llevara razón en que ellos ya tenían decidido el comprador pero se encontraron con un obstáculo con el que no contaban.

Buscó un comprador 

Mis dudas empezaron cuando, y una vez desaprobado dicho plan, se puso a buscar un comprador. Se empeñó en que fuera Lim mientras Bankia hablaba de hacer un proceso de venta en el que concurrieran mas ofertantes. Ese interés desmesurado en que el de Singapur se quedara con el 70,4% de las acciones, lo reconozco, despertó en mi muchas suspicacias.
Lo que pasó después ya es sabido. Ganó Lim con el apoyo de la Fundación y el de una gran parte de la afición. No voy a volver atrás a ese proceso porque supuso un desgaste para todos. Amadeo cogió la bandera y lideró una guerra sin cuartel en la que quien osaba dudar de él se convertía en su enemigo. Y eso para muchos era injusto. Los que no teníamos intereses personales en ninguno de los ofertantes tratábamos de buscar la mayor objetividad posible aunque ello nos acarreara palos de uno y otro bando. Quizá no todos puedan decir lo mismo, yo si. Fue un año duro en todos los sentidos.
En cualquier caso ahí, Amadeo demostró no solo liderazgo sino también un carisma desmesurado hasta convertirse casi en mas famoso que los propios futbolistas. Daba la sensación que, por primera vez en muchos años, el protagonismo lo tenía un presidente que se había metido en el bolsillo a una gran parte de sus propios aficionados. Ese valencianismo había encontrado a su líder.
A día de hoy sigo sin saber si Lim es o no lo mejor. El tiempo lo dirá. Si creo que Amadeo, aún fuera, sigue pensando que de todo lo que había era lo mejor. Y puede que lleve razón. De momento el primer año, no ha ido mal en lo deportivo y veremos como marcha en este segundo ya sin la protección del propio Amadeo Salvo.
Porque Amadeo ha cometido errores y aciertos. Como todo ser humano. Aunque muchos lo cataloguen de Dios, no lo es. Nadie lo es. La pregunta no es si tiene o no defectos sino si ha sido o no un buen presidente en estos dos últimos años. Y me mojo: creo que, dentro de sus posibilidades, lo ha sido.
Y lo digo desde la distancia que me da el hecho de no haberme convertido en un seguidor sectario de su persona. Cuando he tenido que criticarle, lo he hecho y cuando he tenido que alabarle, también. Nadie lo hace todo bien todo el tiempo. Quizá eso me costara ser catalogado en algún momento como del "otro bando". Pero no es así. Por su parte y por la mía, creo, siempre ha imperado el respeto.

Sus errores

Entre sus errores, a mi modo de ver, está ese carácter muchas veces altivo que le lleva a ser demasiado impulsivo, poco diplomático. El fichaje de Djukic fue otro de ellos. Aunque aquí se dejó aconsejar por un director deportivo en el que ya no creía y al que mantuvo pese a todo. Otro error que hipotecó su primera temporada al frente del club.

Mas. Fichar a Louis Douwens y empeñar su palabra al afirmar que encontraría empresas dispuestas a pagar una fortuna por el patrocinio de la camiseta. Hoy en día el Valencia sigue sin un patrocinador principal y no parece que el director de marketing haya rendido al nivel que de él se esperaba.
Puede que esa vehemencia a la hora de defender la oferta de Lim hiciera creer a alguno que el de Singapur venia aquí a gastarse el dinero a fondo perdido. Pero eso todos, incluido él, sabíamos que no iba a ser así. Si la alianza Lim-Mendes-Nuno es un error o no, el tiempo lo dirá. Si el negocio que van a hacer va acompañado de resultados en el césped y en el plano económico mejora la salud de institución, nada que decir. De lo contrario habría que ponérselo en su debe.

Hay que reconocerle que... 

En un momento en que nadie se preocupaba de la afición, llegó él y eso hay que valorarlo. Siempre he dicho, aunque la frase no es mía, que "Manuel Llorente se preocupaba de Manuel Llorente". Amadeo Salvo se ha preocupado de la afición. De esa misma afición que estaba huérfana de un presidente con carisma (ni lo tenía Soler ni tampoco Llorente) y con ganas de volver a Mestalla. Amadeo les hizo creer en su equipo.
Además fue duro cuando había que serlo. Empeñó su palabra en que Soldado no se iría por menos de 30 ni Mathieu por menos de 20 y cumplió. Ahora no sé si con Otamendi, y ya sin él, se cumplirá eso de "son 50". Ahora quien tiene que cumplir es Lay Hoon, no Salvo.
Hay que reconocer que la imagen de marca ha mejorado. El Valencia se presenta ahora como un club moderno. Ha devuelto la ilusión, el sentimiento, casi como hiciera Paco Roig allá por el año 1995. Ha profesionalizado muchas áreas y ha dotado a Paterna de una estructura que hasta ahora no existía. Desde hacía muchos años lo que pasara mas allá de Mestalla poco importaba. Con Amadeo llegó el proyecto de Academia que esperemos, si no lo tuercen, dé sus frutos en años venideros.

Y como sucediera con Jaime Orti cuando fue a buscar a Juan Soler, llegó un momento en que el dueño impuso su ley. "El día que no esté cómodo me marcharé", Lo dijo el propio Salvo y quizá por eso haya tomado definitivamente esta decisión.
Tal vez lo fácil hubiera sido continuar sin mando. Seguir saliendo en las fotos y acaparando la atención de miles y miles de valencianistas. Pero no, una persona del carácter de Amadeo, que junto a su padre y sus hermanos ha forjado de la nada una empresa líder, jamás hubiera consentido quedarse siendo simplemente un presidente sin mando. Aunque él no quiera reconocerlo, estoy convencido que en los últimos tiempos se ha enfadado en más de una ocasión a muchas de las decisiones que se tomaban "asesorados" por Jorge Mendes.
No veo a Amadeo arrugándose ni siquiera con el poder ilimitado que ese 70,4% de las acciones de Lim le confiere o ante el "súper agente" que domina el mundo futbolístico. Si así fuera Amadeo no seria Salvo ni Salvo seria Amadeo.

Lo que no podrá ser

Por eso me hubiera gustado ver a Salvo como presidente con su plan inicial, el de la refinanciación. Sin ningún tipo de atadura hacia aquel que trajo para que se adueñara del club, con ese poder de decisión que le han negado en los últimos tiempos.
Sin guerras ni trincheras. Con una unión que el proceso de venta echó por los aires. Sin necesidad de crearse adeptos y enemigos. Sin vencedores y vencidos. Mi duda es si toda esa energía que Amadeo gastó en peleas se hubiera canalizado exclusivamente en mejorar el club, qué hubiera pasado. Con toda su capacidad de liderazgo enfocada en hacer del Valencia un gran equipo posiblemente la historia hubiese sido bien distinta. Ahí quizá si hubiese sido un gran presidente. Esa es mi gran duda que me queda.
Eduardo Esteve
Jefe de Deportes de Onda Cero Valencia

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  1. Orejas

    Opinión lamentable, orejas

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