Salvarse o morir

Al final lo importante no debe desviar lo necesario. El Valencia se ha cargado a Gary Neville. Esa es la noticia. Lo demás siendo analizable no va a aportar nada bueno. Que se hace todo casi siempre mal y a destiempo es una verdad innegociable. Que el club parece no tener patrón, ni estructura ni organización, también. Que dudamos de casi todo cierto, pero que ahora solo hay un objetivo que cumplir también es cierto. Todo lo que no sea enfocar el objetivo en la salvación es una pérdida de tiempo y un sufrimiento innecesario. A partir de ahí ya se analizaran las cosas y se tomaran medidas.

La historia de un club está marcada por momentos. El Valencia descendió a segunda porque no aprendió que en la vida los milagros pasan una sola vez y que ellos ya lo habían vivido. Se creyó inmortal y murió de éxito, de orgullo pero murió.
La historia de un club está marcada por momentos. El Valencia descendió a segunda porque no aprendió que en la vida los milagros pasan una sola vez y que ellos ya lo habían vivido. Se creyó inmortal y murió de éxito, de orgullo pero murió.
Da igual que el año haya sido horrible, que la vergüenza constante en la que aparece el nombre del club acompañe todas sus noticias, da igual. Duele pero da igual. Ahora el único objetivo es la permanencia, la continuidad y un poco la ilusión de un futuro un poco más atractivo.
Para ello los dueños deben dar un paso al frente y parece que lo han dado. Con un discurso tan cuidado como en este momento poco creíble. Es un club que cuando expone sus ideas ilusiona hasta que las plasma y entonces la decepción es mayor. Es obligado integrarse, preocuparse, rodearse de gente con capacidad, trasmitir ilusión, recuperar dignidad son muchas cosa que ahora parecen lejanas pero que no son tan complicadas.

El fútbol es un negocio especial. Aúna sentimientos y cuando la fibra emocional aparece todo es más difícil de controlar. Lim debe dejarse de amigos y chorradas.
Los experimentos en la vida se pueden hacen pero suelen salir mal. Hay que dignificar las cosas. El Valencia no debe ser el juguete de la ilógica y sin razón. Ni cualquiera puede vestir sus colores, ni cualquiera puede formar parte de sus casi 100 años de historia.
El club está por encima de todos, de todos. Por eso suerte Pako, tu suerte será la del club, es lo único que importa. El futuro queda tan lejano que no vale la pena dedicarle un segundo de nuestro tiempo.
Carlos Egea 
Periodista Futplaya