El amor siempre gana

Voy a ser romántico hoy. Puede que porque sea San Valentin o porque haya crecido escuchando canciones de Nino Bravo, Bisbal y Luis Miguel, pero soy un pastelón. Lo soy porque soy de los que creen que el amor siempre gana. Y lo hace porque es lo único que nos hace perder la razón, olvidarnos de todo y perdonar pase lo que pase. Es lo que nos hace felices y lo que nos da vida. 

O Da igual que Kempes se equivoque y diga una burrada o que el Valencia CF haga el ridículo más estrepitoso en la Copa del Rey. El amor puede con todo bien sea entre dos personas o a unos colores. Es lo más bonito que hay, sobre todo cuando es correspondido. Y créanme, es correspondido.
La verdad es que por eso creo que el amor también es no solo saber rectificar como hizo Mario Alberto Kempes tras sus declaraciones en Radio Marca Valencia, sino también saber perdonar. A Kempes, por todo lo que nos ha dado dentro del terreno de juego hay que perdonárselo todo. Absolutamente todo. Bien porque se haya confundido, porque haya sido muy sincero o por cualquier otro condicionante que desconocemos, creo que no hay que matar a un emblema del valencianismo solo por unas declaraciones desafortunadas sobre Gayà. 
Ah, y yo también me aplico el cuento, esta semana no he estado muy lúcido al respecto ya que también he metido la gamba en alguna que otra cosa de la que ya he rectificado y, espero, hayan perdonado. Otros, sin embargo, por más que meten la pata no rectifican y aún así se vanaglorian de ello. No son queridos y, lo peor, no saben querer.
Recuerden que cuando uno quiere a algo o a alguien más que a nada en el mundo te duele hacerle daño. Igual que a mi o a usted le duele fastidiar a quien más quiere, estoy convencido que la sensación de Kempes tras hacer esas declaraciones era la misma al expresarse tan mal como lo hizo. 
A mi me ocurre lo mismo con el equipo. Hay futbolistas -muchos más de los que piensan- que de verdad sienten los colores y se van fastidiados a casa cuando la cosa no va bien o pierden. 
Mis queridos amigos, el amor se demuestra día a día y no solo en momentos puntuales. Querer a una persona no es hacer un gran regalo en San Valentín sino demostrarle lo importante que es cada día para ti. Querer a tu equipo no es solo ir a una final, sino acompañar durante todo el camino a conseguirla. 
Así que no juzguen a alguien por algo puntual, ni se desenamoren de su equipo por un batacazo o desilusión ocasional. El amor es más que todo eso. Es disfrutar, sentir, vivir y soñar cada vez que ves a esa persona o que marca un gol tu equipo.
Recuerden, el amor es tan mágico y tan bonito que tarde o temprano puede con todo. Da igual lo complicado que sea, lo mucho que te decepcione en momentos puntuales o lo inalcanzable que sea para conseguir lo propuesto. Es increíble. Sobre todo si es correspondido. El mío lo es ¿y el suyo? Amunt
Daniel Meroño
Periodista RadioEsport y Deportes con Julio Insa