No es una Liga, es una dictadura

Golpe de autoridad en el José Zorrilla. El Levante UD ejerció un auténtico abuso de poder frente al Real Valladolid (0-4) en un encuentro en el que su rival intentó sorprender a los de Muñiz intentando quitarles la pelota y en el que los granotas dieron una muestra absoluta de eficacia con los goles de Roger, Postigo, Morales y Jason. Quizá no fue el partido más vistoso de los azulgrana pero habrá que replantearse lo que significa jugar bien, es más, la línea del buen fútbol lo marca en la presente temporada el conjunto de Orriols. Su diferencia con los perseguidores así lo refleja. Finales de abril, principios de mayo o quizá la cosa se demore algo más pero seguro que no mucho. La noticia a partir de ahora ya no será la premura con la que asciendan los valencianos, la noticia sería que no subieran a Primera.

El primer tiempo no fue diferente al de anteriores partidos en que el adversario, en este caso el Real Valladolid, reclamaba protagonismo para intentar hacer daño al Levante UD desde la posesión de la pelota. Ni que decir tiene que esto al conjunto de Juan Ramón López Muñiz le importaba tanto como nada y que su principal preocupación era mantener bien ordenadas las líneas para intentar golpear en el momento oportuno. Así, el dominio de los de Paco Herrera era estéril, irreal, nacía en propio campo ya justo de fuerzas y se diluía como un azucarillo cuando los blanquivioletas se aproximaban a las inmediaciones de la portería de Raúl. Con todo, en el minuto 20 lo más destacado en ambas áreas fueron sendos tiros sin peligro de Natxo Insa y de Jordán.
Pero al Levante no le corría ninguna prisa ir a buscar la portería defendida por Pau Torres, siempre aguardando la debilidad del rival y trabajando, como con un escoplo, para crear la grieta adecuada por la que colarse y hacer daño a su adversario. Y ese resquicio, cómo no, lo iba a encontrar Roger Martí. Fue en un balón largo que, a todas luces, parecía que terminaría en los dominios del arquero local o sería despejado por la defensa pero la fe del 'Pichichi' mueve montañas o, en este caso, genera ocasiones de donde parece no haberlas. El de Torrent se pegó una buena carrera y, cuando parecía que no llegaría, metió la punterita para llevarse el balón y ser derribado por el guardameta. El mismo 'Pistolero' depositó el cuero en el punto de penalti y, con parsimonio, con un disparo suave pero bien ajustado a la izquierda, superó a su adversario para colocar el 0-1 en el marcador.

Así, como el boxeador que se protege mientras el otro púgil se desgasta y, cuando baja la guardia, asesta el golpe para enviarlo a la lona, como ha sucedido ya en tantas ocasiones, el líder de la Liga 1|2|3 ya iba por delante cuando tan solo habían pasado 23 minutos de encuentro. Lo peor para el Valladolid y lo mejor para los azulgrana es que nadie se sorprendió, todo el mundo lo asumía y, para colmo, casi sin esperarlo, los de Herrera pronto encajarían otro tanto de bella factura de un artista que no parecía invitado a la fiesta pero, como muchas buenas producciones, la del Levante de esta temporada es una película coral, con muchos actores protagonistas. En el 38', tras un saque de esquina rechazada por la defensa pucelana, Insa abriría a la derecha para que Postigo, a lo Goicoechea frente a Alemania, hiciese un centro-chut o un chut-centro para superar por arriba a Pau. Un auténtico rodillo.
El central, con su golazo, parecía querer desquitarse de su error frente al Elche de la pasada jornada y de hecho parecía saberle a poco porque, segundo después, volvió a rematar de cabeza una estrategia de Jason pero el portero le adivinó la intención. Poco más ofreció el primer tiempo, con un Valladolid que no sabía cómo sacar jugo a su posesión mientras al Levante le sucedía todo lo contrario. Por ello, los anfitriones metieron una marcha más a su agresividad ofensiva y, con José Arnáiz echándose al equipo a sus espaldas, se lanzó a intentar lo más difícil como es marcarle ya no sólo un gol al Levante cuando después de nadar guarda la ropa, sino dos. El talaverano tuvo dos arrancadas con la intención de romper con la maldición de su equipo: un tiro demasiado cruzado en el 60' que desaprovechó un gran pase de Villar a la espalda de la defensa y un cara a cara con Raúl Fernández, tras una galopada que le dejó exhausto de fuerzas, en que el meta visitante echó el traste en dos tiempos su gran acción.
El Valladolid no escatimaba en esfuerzos por intentar acercarse en el luminoso a su adversario pero tampoco en riesgos. Y ahí la grieta que buscaba el Levante en el primer tiempo se convirtió en un socavón por el que los granotas, como la riada que destroza la presa, se desbordaron para abusar literalmente de los discípulos de Paco Herrera. Primero, con el 0-3 marcado por un recién ingresado Morales como agradecimiento a un estupendo pase interior de Verza y superando por arriba a Pau Torres, después de que la pelota pareciera que se le marchaba en el control; y, porteriormente, fue Jason el que anotó el 0-4 de los azulgrana, de buen y preciso tiro cruzado, a servicio de Roger. Un auténtico abuso de poder del líder de la categoría en el Nuevo José Zorrilla que, en esta ocasión, se dejó la tarifa plana del 0-1 en Orriols para darse un homenaje, merecido, por su gran temporada.