Vuelve el equipo aspirina

El Valencia CF encajó la primera derrota del año 2015 al perder por un gol a cero en Málaga en uno de los peores encuentros de los de Nuno en la presente temporada. Los valencianistas volvieron a ser el equipo aspirina que, ante una ocasión de oro para firmar una racha histórica de resultados y la necesidad de sumar para no descolgarse de la Champions, no estuvieron a la altura. Es más, le dieron alas a un rival que vuelve a colarse de lleno en la lucha por las plazas nobles de la tabla y que no conocía la victoria en todo el año.  

Un encuentro más, el conjunto de Mestalla mostró su cara B fuera de su estadio. Los de Nuno Espírito Santo apenas recordaron al equipo intocable que es en su estadio en los primeros minutos. A partir de ahí desaparecieron y acabaron perdieron por la mínima pero la derrota pudo ser más amplia. 
Sin sorpresas saltó al campo el conjunto de Mestalla. Hasta Álvaro Negredo, que había dado el susto en la previa, fue titular junto al renacido Rodrigo Moreno. El resto del equipo, sin novedades.Cancelo se mantuvo en la zaga en detrimento de Barragán, junto a Otamendi, Mustafi y Gayà. En la medular, de nuevo acumulación de mediocentros: Javi Fuego, Parejo, Enzo Pérez y André Gomes. Sin sorpresas y mejor plantado. Dominaba, llegaba y, aunque no creaba ocasiones, tampoco sufría en exceso. Una falta de Darder en el minuto tres fue el escaso bagaje de los malagueños en los primeros instantes.
Los de Nuno dominaban y llegaban con claridad hasta el área, dónde acumulaban hasta dos y tres jugadores... Pero quien ponía las ocasiones era el Málaga. De nuevo a balón parado, tras una falta lateral cometida por Mustafi, el costamarfileño Boka avisaba de las intenciones locales. Era el preludio del 0-1. La jugada continuó, cambió de banda y Samu la puso en bandeja para que Samu Castillejo de cabeza y vaselina abriera el marcador.
 
La respuesta valencianista fue un disparo seco de Rodrigo desde la frontal que apenas puso en apuros a Kameni. Justo lo contrario sucedía en el área valencianista inmediatamente después, dónde Diego Alves salvó milagrosamente el dos cero tras el remate a bocajarro de Javi Guerra. La incomodidad cambiaba de bando. Samu, desde la banda derecha, asistía y el veterano delantero generaba inquietud a raudales. El equipo estaba desconcertado y desajustado. 
Casi veinte minutos necesitó el Valencia para desperezarse. Un cabezazo de Dani Parejo a la salida de un córner que se estrelló en el palo, fue el último latigazo de una primera mitad que empezó plácida y acabó de forma desagradable; o lo que es lo mismo, con Javi Guerra perdonando de nuevo el segundo.

La peor cara del Valencia

Tras el pertinente paso por vestuarios el panorama cambió poco. Se agudizaba la crisis y, en apenas dos minutos, Darder probaba los reflejos de Alves por partida doble. Hasta el 55 no llegó la respuesta del Valencia. Una jugada trenzada entre Enzo Pérez y Gayà acabó con remate del de Pedreguer que Kameni sacó abajo con dificultades. Había sido la mejor ocasión de los de Nuno en la primera hora de partido.
El encuentro demandaba cambios y, en el 57, saltó al campo Alcácer por el amonestado Parejo. Nuno movía el banco y su dibujo. Para atacar era un 4-4-3 con el tridente Alcácer-Negredo-Rodrigo; mientras para que defender, el hispano-brasileño bajaba a la medular. Al Valencia le costaba crear ocasiones, dominaba pero apenas golpeaba, mientras que el Málaga aparecía poco pero siempre con peligro. En el 68, a la contra, Darder volvía a poner en aprietos a Alves. 
Nuno sacó a De Paul por André Gomes, que firmó el peor partido que se le recuerda en Valencia. Sin tiempo para respirar el argentino asistió impertérrito a la expulsión de Joao Cancelo por doble amarilla. 
Con uno menos, el equipo tenía que reorganizarse. Saltó Orban por Javi Fuego para jugar con tres y compensar la desventaja numérica. Había que buscar el empate como fuera. El partido estaba roto y cualquiera podía marcar. El Valencia a la desesperada marraba hasta los balones sencillos. Nervioso e impreciso, sólo la escasez de la ventaja local le daba alguna opción real. El Málaga, por su parte, a la contra aún pudo ampliar su renta. Así, Amrabat la estrellaba en el palo en el 83 tras disparar desde el pico del área.
El Valencia acabó desdibujado, abusando del juego directo, inquietando con más garra que calidad, pero demostrando que fuera de casa sigue siendo un equipo insulso, una mala copia del conjunto que arrolla en su casa. Y ahora le toca jugar de nuevo fuera, ya que este domingo visita Cornellà. ¡Peligra la Champions!